SAN LUIS - Viernes 27 de Junio de 2025

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Los peligros de los fertilizantes

Por redacción
| 14 de noviembre de 2024

El óxido nitroso (N₂O), un potente gas de efecto invernadero, está acelerando rápidamente el cambio climático, dañando la capa de ozono y planteando una grave amenaza para la salud pública.

 

El N₂O, emitido principalmente por prácticas agrícolas como el uso de fertilizantes sintéticos y estiércol, es el tercer gas de efecto invernadero más importante y la principal sustancia que daña la capa de ozono que aún es liberado a la atmósfera.

 

El estudio fue elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

 

La Oficina de Cambio Climático, Biodiversidad y Medio Ambiente de la (FAO), planteó que abordar las emisiones de óxido nitroso es esencial para garantizar una agricultura sostenible, inclusiva y resiliente que ayude a los países a alcanzar sus objetivos en materia de clima y seguridad alimentaria.

 

Como muestra claramente la evaluación, hay formas de producir más con menos, mejorando la eficiencia del uso del nitrógeno en la agricultura y reduciendo su aplicación.

 

La evaluación señala que las emisiones están aumentando más rápido de lo esperado y que son necesarias acciones inmediatas para frenar los impactos ambientales y en la salud, de este gran contaminante.

 

Los 10 principales países productores de emisiones de óxido nitroso son China, India, Estados Unidos, Brasil, Rusia, Pakistán, Australia, Indonesia, Turquía y Canadá.

 

El óxido nitroso es aproximadamente 270 veces más potente que el dióxido de carbono en términos de calentamiento del planeta y actualmente es responsable de aproximadamente el 10% del calentamiento global neto desde la revolución industrial.

 

Es considerada la sustancia que más daña la capa de ozono, que filtra los rayos ultravioleta que afectan la salud humana, pues expone a las personas a cáncer de piel y cataratas en la visión, entre otras dolencias.

 

La evaluación muestra que abordar de forma proactiva el problema del N₂O contribuiría a la recuperación continua de la capa de ozono, lo que ayudaría a evitar un futuro en el que gran parte de la población mundial esté expuesta a niveles nocivos de rayos ultravioleta.

 

Sin una acción urgente sobre las crecientes emisiones de N₂O, no existe un camino viable para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados y proporciona herramientas tangibles para reducir las emisiones en más de 40% respecto de los niveles actuales.

 

Adoptar medidas ambiciosas para reducir las emisiones de N₂O puede ayudar a prevenir hasta 20 millones de muertes prematuras en todo el mundo para 2050 debido a la mala calidad del aire, y evitar el equivalente a 235.000 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono para 2100.

 

Mediante la transformación de los sistemas de producción de alimentos y el replanteamiento de los enfoques sociales para la gestión del nitrógeno, podrían lograrse reducciones aún mayores, de acuerdo con el estudio.

 

La evaluación muestra que también las emisiones de N₂O de la industria química pueden reducirse de forma rápida y rentable.

 

Las medidas de reducción también mejorarían la calidad del agua, la salud del suelo, y protegerían los ecosistemas de los impactos de la escorrentía de nitrógeno.

 

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