Los personajes eternos de Fontanarrosa
En la semana en la que cumpliría 80 años, las creaciones de Roberto Fontanarrosa siguen increíblemente vigentes. La razón: la impresionante certeza con la que fueron descriptos.
Inodoro Pereyra
Mal, pero acostumbrau
La creación insignia del rosarino es una sátira a la gauchesca nacional y a una literatura social. Haragán, pendenciero, infiel, mentiroso, atorrante, ninguna de esas características alcanza a tapar la principal: ocurrente. Y por ende querible, capaz de redactar frases inolvidables mientras saca el facón. Un "renagaú" que no duda en pasarse del lado contrario si eso le permite estar un poco mejor con su perro, su china y su guitarra. Inolvidable.
Boggie, el aceitoso
Frío e insensible
Si Inodoro describe la esencia nacional, Boggie se mete con la vida yanqui, de comida rápida, guerras rápidas y asesinatos rápidos. Un exmarine convertido en asesino a sueldo frío e insensible como una piedra fría e insensible. Misógino, golpeador, descarnado, impiadoso, una vez le preguntaron qué siente cuando mata a una persona. "Si uso silenciador, no siento nada", dijo.
La hermana Rosa
La pronosticadora que dio el mal paso
Cuando el diario Clarín le encargó unas columnas humorísticas para publicar en paralelo a las crónicas de la selección argentina de fútbol, Fontanarrosa creó a una pitonisa sin suerte, a la que el azar le jugó una mala pasada. Antes de los partidos, la Hermana Rosa contaba informalidades de la selección y arrojaba un resultado, que, por supuesto, nunca se concretaba. Al día siguiente, siempre encontraba una excusa. Ahora, cuando acertaba no había quién la parara.
Ernesto Esteban Etchenique
El aforista sin rostro
Surgido de sus libros de cuentos (y no la historieta), a Etchenique no se le conoce la cara. Sin embargo sabemos que vive solo, que tiene unos 80 años y que no tiene problemas en atender a cuanto periodista lo convoque para que realice sus gloriosos aforismos. Es autor de frases como: "Mientras más sé, menos sé. No sé", " El árbol se ríe del hacha. Así le va", " Se puede hacer una armadura con papel. Pero no te pelees". Genial.
Mendieta
Qué lo parió
En la edición del día posterior a la muerte de Fontanarrosa, la tapa de Página 12 fue un Mendienta que miraba al cielo al que se le escapaba una lágrima. No había palabras. No se necesitaban. El perro, eterno ladero de Inodoro, hablaba, pero a nadie parecía llamarle la atención. Fiel como perro, flojo como su amo, en tres palabras resumía todo su pensamiento en momentos en que no se sabe qué decir: "Qué lo parió".


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