Cuente, cuente, así nos reímos todos
La actriz y humorista que creó a una docente muy particular cuenta en quiénes se inspiró y hace una evaluación de su público.
El mérito de Claudia Laneri es tomarse lo que sucede en las aulas argentinas con humor y trasladarlo a quienes son parte de ese proceso. Con “Hilda, recuerdos de mi escuela”, el unipersonal que presentará el domingo a las 20 en la sala Berta Vidal de Battini, la actriz convoca a un público mayoritariamente docente, aunque que con el paso del tiempo se ha extendido a otras profesiones.
Para armar su show, Carla tomó algunas situaciones puntuales del arte de enseñar en una escuela y las trasladó al absurdo, aunque también en la obra “hay cuestiones más universales, que permiten que todos se rían”.
Aunque el teatro es su fuerte, las redes sociales le permitieron a Laneri desarrollar una serie de personajes que tuvieron una muy buena recepción y que generaron risas que se trasladan a la función en vivo. “En este momento reírnos es algo muy necesario que tenemos que practicar entre todos, por eso ir a ver la obra es tener la seguridad de que durante una hora y media la vas a pasar bien”, dijo la actriz.
La intérprete valoró también el hecho de que el público abone el precio de una entrada en busca del esparcimiento.
Sobre su relación con San Luis, Carla recordó que vino algunas veces a mostrar su trabajo, aunque la última visita fue para descansar, en Merlo. Pero como le gusta tanto lo que hace vio en la localidad turística una plaza teatral que le gustaría explorar.
El momento especial que vive la educación pública en el país la llevó a reflexionar sin tanto optimismo. “Yo empecé a hacer este personaje en el 2017 y desde entonces la situación, lamentablemente, nunca mejoró. Hace años que pasa lo mismo”, dijo la mujer que tuvo el primer contacto con el eterno reclamo docente en 1992, cuando su abuela la llevó a visitar la Carpa Blanca, aquella protesta que los gremios establecieron durante años en la Plaza de Mayo.
“Es claro que el trabajo de los maestros no está bien valorado, que hay en ellos mucho esfuerzo, muchas horas de labor que no son bien recompensadas”, declaró Carla en una charla con El Diario de la República.
Es posible pensar que para realizar sus creaciones, la actriz -que cumplirá años en medio de la gira cuyana- se valió de alguna docente que tuvo en sus años escolares, aunque Carla sostuvo que en realidad son sus amigas y familiares docentes quienes le aportan más material. “De mis maestras -agregó- recuerdo a una que se llamaba Margarita, que creo que era directora o vice del colegio donde iba y que cuando estaba triste, me acompañaba”.
Otra referencia docente que tuvo en su infancia fue su madre, que era maestra jardinera, aunque su pasión mayor era la danza. Cuando falleció, Carla tomó el deseo trunco de dedicarse al arte y comenzó a estudiar con más seriedad hasta convertirse en la profesional que gira por todo el país con un personaje que tiene la sana tarea (no escolar) de hacer reír.


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