Lo que puede pasar si nos liberamos
La comedia pasó por la provincia y generó risas entre un público que se entregó a una obra sostenida en sus buenas actuaciones.
Por redacción
| 05 de octubre de 2024
Castro, Cáceres, Funes y Conte, primera línea actoral. Foto: Lautaro Sánchez.
Es más acertado definir a "El beso" -la comedia que se presentó el viernes a la noche en San Luis- como una obra protagonizada por cuatro individualidades más que por dos parejas. Aunque el inicio dé la idea que los dos matrimonios que inician la trama están bien constituidos, el correr de la trama mostrará algunas modificaciones.
Justamente la vida en pareja es uno de los temas que la pieza visita con más frecuencia. La convivencia, la presencia de los hijos, la amistad, los vínculos cercanos y otros condimentos que fueron tratados con frecuencia por la tragedia o el drama en "El beso" se arraigan a un costado cómico.
Además de las idas y vueltas del argumento (en algunos casos algo previsibles) es el elenco el que sostiene una historia en la que el absurdo toma relevancia minuto a minuto.
Luciano Cáceres hace honor a su ampulosidad física para interpretar al personaje más gracioso de la obra; su tocayo, Castro, sorprendió con un grandote lleno de vaivenes pero imposible de despegarse de la protección materna; Carla Conte mostró su profesionalismo al adueñarse de un papel que originalmente le pertenece a otra actriz; y Mercedes Funes confirmó su talento en la mejor actuación de la obra.
En cuatro actos, "El beso" contó los cambios en la vida de los cuatro personajes y relató todo lo que puede cambiar una persona de un año a otro. Los encuentros se producen en la noche de fin de año, un acierto del autor debido al clima de liberación que se vive en esa jornada.
Un consejo del terapeuta de uno de los personajes que le dijo a su paciente que lo mejor es soltar sus sentimientos para que no queden estancados en un interior que se puede enfermar, es el disparador de una serie de hechos que rozan en ridículo y que generan un buen momento en los espectadores.
Algunos chistes efectivos, la complicidad interna de un elenco bien establecido, la sensación de que cualquier cosa puede pasar en cualquier momento y algunos temas secundarios que podrían tomar más relevancia (el alcoholismo, el psicoanálisis, la homosexualidad, los dolores físicos y mentales) conforman una comedia que cumple su objetivo intrínseco de hacer reír.


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