Latinoamérica, juventud y democracia
Las generaciones más jóvenes están cada vez más preocupadas por su futuro y son las más desencantadas con la democracia en América Latina y el Caribe.
Las inquietudes acerca del cambio climático, el aumento del costo de vida y las altas tasas de desempleo juvenil que llegan a triplicar las de la población total (20,3% frente a 7% en 2023), están afectando su optimismo.
Un análisis del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), muestra que el apoyo a la democracia ha disminuido en todas las generaciones durante la última década, particularmente después de 2016.
El desánimo de las juventudes con la democracia no es exclusivo de América Latina y el Caribe, pues según el barómetro de la fundación estadounidense Open Society, basado en encuestas realizadas en 30 países del mundo, la edad desempeña un papel importante en la formación de actitudes hacia la gobernanza democrática.
Entre las personas de 18 a 35 años, sólo el 57% expresó una preferencia por la democracia frente a otras formas de gobierno, en comparación con el 71% entre las personas mayores de 56 años.
Este desánimo no significa que las personas hayan perdido la fe en la democracia, ya que un 66% de las personas cree que la democracia, a pesar de sus defectos, sigue siendo la mejor forma de gobierno.
Sin embargo, muchos perciben que el sistema no está respondiendo a sus necesidades básicas. Cuando enfrentan privaciones que atentan contra su vida o bienestar, los individuos pueden preocuparse menos por la democracia.
Por ejemplo, el análisis mostró que, en 2023, casi una de cada dos personas de 18 a 35 años (48%) justificaría un golpe de Estado si éste ayudase a reducir los altos niveles de criminalidad de la región.
El apoyo es ligeramente mayor si sólo se considera a los jóvenes de 18 a 25 años (50%). La aprobación entre los adultos y las generaciones mayores, aunque menor, sigue siendo elevada, con 39 y 30 %, respectivamente, que justifica esas medidas.
El respaldo a este tipo de acciones políticas ha crecido en todos los grupos de edad durante la última década, pero es entre los jóvenes y adultos jóvenes donde más ha aumentado (28% y 32%, respectivamente, entre 2014 y 2023).
Esto ocurre en un contexto de altos niveles de violencia. Los hombres jóvenes de la región, en comparación con otros grupos de edad y con la población general, enfrentan un riesgo desproporcionadamente alto de homicidio.
Según Naciones Unidas, en toda América, los hombres de 15 a 29 años representan el 45% de todas las víctimas de homicidio, con una tasa de 53,6 por cada 100.000 personas.
A pesar de una reciente reducción en la tasa general de homicidios en América Latina y el Caribe, las actitudes políticas en torno al tema son más difíciles de transformar, y la creencia de que un golpe de Estado es justificable en casos de alta criminalidad sigue creciendo.
El reporte también señala que hay esperanza en la relación entrejóvenes y democracia.El informe compara generaciones -antes de la transición democrática, el período de transición y la generación postransición- y muestra que los jóvenes adultos de hoy están más comprometidos con la democracia que la versión joven de sus predecesores.
Y, a pesar de la disminución de la confianza en la democracia, la juventud sigue estando políticamente activa y comprometida con los asuntos públicos.


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