Violenta represión en el cierre del debate de la ley ómnibus

Las imágenes en todas las pantallas nacionales de la TV, las "opositoras" y las "oficialistas", devolvían en la noche del jueves un escenario unánime: el caos en las afueras del Congreso Nacional, y una violenta represión encabezada por la Policía porteña con el apoyo de las fuerzas de seguridad federales, que dejó un saldo muy provisorio de más de sesenta heridos y un puñado de detenidos por los "incidentes".

Los nuevos choques entre policías, gendarmes y manifestantes se produjeron durante el segundo día del debate en la Cámara de Diputados de la denominada ley ómnibus, que no se alteró mientras en las calles el panorama era de máxima tensión: legisladores del peronismo y la izquierda presentaron una moción para suspender la sesión, que fue rechazada por la mayoría del cuerpo legislativo. La votación de la controvertida ley que impulsa el gobierno del presidente Javier Milei era esperada para horas de la madrugada de este viernes, en medio del optimismo del oficialismo en que la aprobación en general sería un hecho, más allá de las diferencias y tropezones esperados en la discusión en particular artículo por artículo.

Los incidentes se produjeron cuando las fuerzas de seguridad se empeñaron en hacer cumplir el protocolo antipiquetes que prohíbe los cortes de calles en las avenidas que rodean al Congreso, pese a la cantidad de manifestantes convocados por organizaciones sociales y de izquierda que se oponen a la aprobación de la ley.

Durante varios minutos se vieron escenas de violencia, y enfrentamientos cara a cara de manifestantes con la Policía, que usó balas de goma, gases lacrimógenos, camiones hidrantes y motocicletas para sacar a los militantes de la calle y subirlos a la plaza o a la veredas.

Las peores escenas se vivieron cerca de las 21, cuando un grupo de motos de la Policía Federal comenzó a moverse en círculos en la esquina de Entre Ríos e Hipólito Yrigoyen. En ese momento, tras dar varias vueltas, comenzaron a tirar gas pimienta hacia los manifestantes que estaban sobre la plazoleta frente al Congreso y luego dispararon balas de goma. Después, se fueron con las motos sobre los manifestantes y se enfrentaron cuerpo a cuerpo, mientras volaban piedras y botellas.

El objetivo de la Policía era mover a la gente, que no estaba sobre la calle, para el fondo de la Plaza del Congreso.

Por la balacera, decenas de personas terminaron con heridas de balas de goma, incluidos varios reporteros gráficos.

Un grupo de diputados de la Izquierda, Unión por la Patria y la Unión Cívica Radical dejaron el recinto y salieron a la plaza. El presidente del bloque de UxP, Germán Martínez, pidió un cuarto intermedio hasta que finalizaran los cruces. Sin embargo, la votación fue negativa, lo que motorizó a los legisladores a dejar el recinto. Una vez calmada la situación, volvieron a ingresar.

Los libertarios ofrecieron más cambios y esperaban aprobar la ley

El oficialismo realizó anoche una contrapropuesta a los bloques dialoguistas y buscaba encaminar la negociación en dos artículos clave: facultades delegadas y privatizaciones. Ambos puntos fueron los ejes de tensión entre el Gobierno y el grueso de los diputados que acompañarán el proyecto.

De esta manera, el Ejecutivo se aseguraría el voto de este grupo —al menos en estos artículos— al momento del voto en particular, ya que la votación general, que se esperaba para la madrugada de este viernes, sería positiva para el Gobierno.

Entre las novedades que ofrece el nuevo documento hubo una sorpresa: la inclusión en el capítulo de las facultades en seguridad. Del proyecto original, que traía 11 facultades, sobrevivieron solo 6: económica, financiera, tarifaria, energética, de seguridad, fiscal y administrativa.

Otro de los ejes en los que La Libertad Avanza cedió fue en el plazo de duración de los "superpoderes", que pasó de dos a un año de plazo. Los más reacios a darle luz verde a este punto son aquellos radicales que están bajo el ala de Facundo Manes. La Coalición Cívica ya anunció que votará en contra.

El capítulo privatizaciones volvió a retacearse: de 36 empresas estatales a privatizar, el oficialismo propone que sean 27, conservando las tres privatizaciones parciales que incluyen el Banco Nación, Nucleoeléctrica y Arsat. YPF quedó fuera del paquete.

Agencias