La Policía explicó el confuso caso de una pareja extranjera detenida
Ofrecían comprarles cabello a chicos de un barrio de la capital.
Tal vez porque el auto, un Toyota Premio 2002, rondaba la zona, o por la actitud de sus ocupantes, una pareja de 24 y 35 años, el miércoles los vecinos del barrio Serranías Puntanas comenzaron a expresar su preocupación en diferentes redes sociales y grupos de mensajería instantánea. “¿Qué hacen hablando con menores en la calle?”, fue la duda de una mujer en un grupo de vecinos de WhatsApp, lo que finalmente motivó la intervención de la Policía provincial, que apresó a los sospechosos.
Según ellos mismos explicaban a quienes interceptaban en la calle, “hacían entrevistas para ofrecer la compra de cabello”. El hombre y la mujer, ambos de nacionalidad paraguaya, repartían tarjetas a niños y adolescentes con un número telefónico con característica de la provincia de Santa Fe, donde ofrecían dinero por la compra de cabellos para la fabricación de pelucas.
Si bien la actividad no es ilícita, la Policía activó un protocolo de seguridad luego de un patrullaje digital. La pareja fue detenida el jueves en San Jerónimo, por efectivos de la Comisaría 20ª, a pedido del fiscal de Instrucción 3, Esteban Roche. El hombre y la mujer fueron identificados y explicaron que viajan por todo el país comprando cabello. Los investigadores, a pesar de que la pareja no pudo justificar con documentación la actividad que decía llevar a cabo, no encontraron elementos o indicios de que estuviera delinquiendo.
Ayer, en una conferencia de prensa brindada en la Jefatura Central de la Policía, el subjefe de la Fuerza, comisario general Nicolás Tello, y el jefe de la Unidad Regional de Orden Público (UROP) 1, comisario general Daniel Calderón, explicaron el confuso episodio. “Tuvimos una alerta y se activaron los protocolos. A pesar de no tener pedido de captura, se les retuvo para verificar antecedentes. El fiscal ordenó su liberación, al no encontrar delito tipificado”, explicó Tello.
Por su parte, Calderón mencionó que los ocupantes del vehículo decían dedicarse a esta actividad hace 8 años. “La pareja fue liberada y, según lo que manifestaron, seguía rumbo a Rosario”.
Ahora, los vecinos al menos tienen la tranquilidad de que, al menos en la ciudad, los paraguayos no cometieron ningún delito. Pero la sensación de vulnerabilidad en la que se vieron los menores del barrio Serranías Puntanas removió una llaga que en la sociedad sanluiseña aún está a flor de piel: una niña desapareció de la puerta de su casa jugando, Guadalupe Belén Lucero, quien aún no aparece.
Redacción/MGE
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