Lo imputaron por espiar con una cámara de video a su expareja

La relación de la víctima con su pareja se había terminado hacía un año, pero ella nunca tuvo esa sensación. No sabía cómo, pero su exsiempre sabía cuando ella estaba en su casa, lo que hacía dentro y con quien estaba. La mujer se sabía vigilaba porque él no dejaba de acosarla con mensajes por teléfono, en los que la ponía al tanto de todo lo que sabía. Hace dos meses y medio descubrió cómo él lograba conocer todos sus movimientos dentro de la vivienda: había instalado una cámara de video oculta que grababa permanentemente el interior de la casa. Este miércoles él fue imputado por violentar la intimidad de su exnovia, un delito que para la ley está a la altura de las lesiones leves.

En la audiencia en la que le imputaron tales cargos, los fiscales Laura Parisi, Gisela Milstein y Leandro Estrada recordaron que la investigación empezó el 16 de noviembre pasado, con la denuncia de la víctima.

La mujer fue hasta la fiscalía y contó que había mantenido una relación con el ahora imputado, que duró alrededor de un año.

Pero apenas se separaron, la damnificada percibió que "su expareja tenía conocimiento de todos los movimientos que ella realizaba y que se los hacía conocer por mensajes de WhatsApp", detalló Estrada. Eso le hizo intuir que era vigilada.

Después, por accidente, la denunciante descubrió que en su casa habían instalado una cámara oculta conocida como “minicámara espía”.

Una vez hecha la denuncia, al día siguiente, ordenaron un allanamiento en el domicilio del acusado. De allí incautaron "diferentes dispositivos digitales, entre ellos celulares, además de un teléfono iPhone, del cual el hombre se negó a brindar el patrón de desbloqueo", precisó Estrada.

De la casa de la mujer también extrajeron una cámara con características tecnológicas avanzadas, con micrófono y conexión a wifi. En esa requisa los investigadores descubrieron que "el dispositivo estaba conectado a la energía eléctrica de manera permanente, es decir, que funcionaba las 24 horas del día", dijo el fiscal.

Las pericias practicadas al celular del acusado revelaron la existencia de una aplicación que vinculaba la cámara con el móvil, así logró al menos 900 imágenes y 200 videos de la vida cotidiana e íntima de la víctima.

“Hubo una manipulación y vulneración de la vida privada de parte del imputado hacia la víctima”, afirmó el fiscal instructor. Resaltó que lo que hizo el hombre está definido como un acto de violencia de género.

Expresó que ese hecho que vulneró la intimidad generó daños en la salud de la damnificada y es considerado un delito de lesiones. También indicó las consecuencias en la salud psíquica y psicológica que produjeron en la víctima.

Le formuló cargos por "Lesiones leves doblemente calificadas por el vínculo y por haber mediado violencia de género". También requirió que el imputado se presente mensualmente a firmar un libro en fiscalía y la prohibición de acercamiento de toda clase, material y digital, hacia su expareja.

El juez de Garantías Matías Farinazzo Tempestini dio por formulada la imputación e hizo lugar a las medidas pedidas por la fiscalía.

Redacción/MGE