Seis meses de Poggi: una gestión que le dio la espalda a la gente

La evaluación del primer semestre de Claudio Poggi al frente de la Gobernación de San Luis arroja una síntesis triste y poco promisoria. Son escasos o inexistentes los puntos positivos, y su mandato en realidad resalta por la implementación de un durísimo ajuste inédito desde la vuelta a la democracia, la falta de mejoras salariales significativas para los empleados públicos, y una mediocridad apabullante en la concepción de  planes e iniciativas, incluso varias de ellas copiadas descaradamente  de gestiones anteriores. 

Otro aspecto particular que resalta de la administración actual es que inició una cruzada para borrar del mapa cualquier acción emparentada con el exgobernador Alberto Rodríguez Saá. En este punto, por ejemplo, es muy evidente el ataque persistente que se hace contra las escuelas generativas, lo que se traduce en proyectos suprimidos de manera unilateral  y docentes que se quedan desamparados y sin sus puestos de trabajo. Todo un síntoma de una gestión insensible y que le dio la espalda a la gente.

Un ajuste constante e insensible 

La carta de presentación de Poggi dio la tónica de lo que    sería su gestión. A los pocos días de asumir, comunicó que iba a tener que pagar los salarios desdoblados, una medida extrema para paliar  una supuesta crisis financiera adjudicada al gobierno saliente, pero de la que nunca aportó pruebas concretas. Además, paralizó la obra pública y expresó su voluntad de endeudar a San Luis.

El furor por el ajuste no mermó en los meses venideros. Cada vez que pudo, el Ejecutivo aplicó fuertes incrementos en la tarifa de varios servicios. El peaje cuadriplicó su valor y hoy sale $800, lo que hace que dar un paseo por el Circuito Serrano, un “clásico” para muchos puntanos los fines de semana, sea ahora una auténtica odisea para el presupuesto familiar si se suman los gastos en combustible. San Luis a Mil, que democratizaba el acceso a la información a través de una conexión a internet ultraveloz y de calidad, se irá en julio a $12 mil (completará una suba del 380%) y ya dejó de ser una opción accesible. El interurbano también tuvo ajustes importantes y la salud pública, un bien esencial para cualquier población, sufre por la sangría de profesionales y la falta de insumos.

Esta filosofía que aplica el Estado puntano, que solo apunta a “hacer caja” y no se conmueve con los padecimientos de sus habitantes, se refleja quizá de manera paradigmática con la moratoria impositiva. La mayoría de los puntanos que se han retrasado en el pago de los tributos han incurrido en esta conducta sencillamente porque no les alcanza el dinero y deben priorizar gastos básicos. Eso cualquiera lo puede comprobar en estos días en Rentas. No se   encontrará a evasores millonarios, sino sufridos contribuyentes que, a pesar de todo, buscan ponerse al día. Sin embargo, el Gobierno ya amenazó que prepara ejecuciones fiscales tras el final de la moratoria, el cual se  extendió hasta el 15 de julio.

Fondos en alza con salarios en baja

El ajuste que aplica Poggi se da en un contexto en el que, a contramano del persistente  discurso de que “no hay plata”, se verifica un ingreso de fondos millonarios a las arcas del Estado puntano. En lo que va de este año, San Luis ya recibió más de $300 mil millones de Nación en concepto de coparticipación federal, lo que constituye un registro sin precedentes. Solo   en mayo fueron transferidos casi $109 mil millones, un aumento  del 372% en relación a igual período del año anterior. A pesar de las vueltas y de las justificaciones, el Estado provincial admitió un crecimiento de los giros del gobierno central.

El ahorro inevitable que se genera con un ajuste brutal, parálisis de la obra pública, y fondos nacionales crecientes no se refleja en la pauta salarial de los empleados públicos, hasta ahora completamente insuficiente para amortiguar la enorme pérdida de poder adquisitivo, con una inflación que acumula más del 100% en los últimos meses.

Poggi ofreció aumentos solo a directores de escuelas y un bono de $70 mil. Luego, anunció un magro 15% de incremento en los haberes que generó indignación y malestar entre los agentes de la administración pública, descontento que se ha manifestado en marchas y protestas.

La planta de funcionarios, por el contrario, se multiplica y goza   en varios casos de emolumentos muy por encima de los 2 millones de pesos, al contrario  de la realidad de haberes “controladitos” que asegura el Gobernador existe en la provincia.

Venganza y mediocridad

El Gobierno, también, genera un clima de amenazas y aprietes. En la última semana hubo masivas desvinculaciones de trabajadores de Inclusión, quienes aducen que fueron desplazados solo por reclamar mejoras salariales.

Además, la persecución que se implementa con las escuelas generativas es permanente. El Ejecutivo suprimió proyectos   en toda la provincia y finalizó    el contrato de decenas de docentes, solo por el hecho de haber sido un sistema de enseñanza vinculado al exgobernador.

A todos los problemas se suma la falta de originalidad del Estado puntano, que lo lleva a presentar como propios proyectos ya aplicados por la administración anterior, como “Escriturá tu casa” o la incorporación de beneficiarios de planes sociales al sector privado. Incluso esta falta de creatividad llega al punto de copiar denominaciones, como es el caso de “Construyendo con tu pueblo”, que replica el nombre de un programa anterior.