Aristimuño en el Cine Teatro: cosas de un soñador
El cantautor rionegrino presentó su nuevo disco, eligió el teatro puntano y exhibió una banda poderosa.
La aparición casi mágica de Lisandro Aristimuño en la escena de la canción nacional es un acontecimiento que aún hoy, 20 años después, se sigue celebrando. El Cine Teatro San Luis lo recibió el viernes a la noche con un público dispuesto a escuchar una obra con irremediable camino de clásico.
La excusa fue presentar “El rostro de los acantilados”, el octavo disco de cantor patagónico que significa la revitalización de la canción tras los jugueteos electrónicos del álbum anterior. Pero como Lisandro absorbe todo lo que encuentra a su alrededor, a la hora de componer las máquinas continúan presentes en su nuevo trabajo.
El show del viernes fue el segundo de una extensa gira nacional que Aristimuño inició el sábado pasado en el Luna Park con entradas agotadas. En San Luis unas 300 personas escucharon por dos horas en respetuoso silencio y manifiesta admiración.
“Cuiden este teatro que es hermoso y sigan apoyando a los artistas”, fue el mensaje que el músico utilizó para despedirse del público de San Luis sobre los últimos acordes de “Es todo lo que tengo y es todo lo que hay”, la canción que cerró el show.
Como era de esperar en una gira presentación de disco, la mayor cantidad de temas fue de “El rostro…”, una elección arriesgada pero comprensible si viene de un artista siempre dispuesto a crear nueva obra. Y a mostrarla.
Una banda muy atildada entre la que se destaca el tecladista Ariel Polenta disimuló el hecho incontrastable de que muchas de las canciones de la noche fueron tocadas en vivo ante público por segunda vez. “Sweet Gloria”, “Príncipe de lata”, “No ves tal vez”, “A lo mejor”, “1986” -dedicada a su hermano Tomás, también músico, y que tiene la primera referencia futbolística en la carrera musical de Lisandro- y “Por encima del cielo”, un tema que demuestra la mano del autor para crear joyas de cinco minutos, fueron algunos de los temas que engordaron el concierto.
Más allá de la atención que el público puntano le prestó a Aristimuño por su nuevo disco, la motivación de la gente era escuchar esas canciones tenues, melancólicas y con olor a viento que el músico mostró sobre todo en sus primeros tres discos.
Con mucha presencia de la percusión -con Lisandro incluido en una cuerda de tambores- y el revestimiento que los violines le dieron a las canciones, la recorrida por los discos anteriores fue corta y siempre insuficiente.
“Para vestirte hoy”, “Me hice cargo de tu luz”, “Green lover”, dedicado como siempre a las Abuelas de la Plaza de Mayo, “Elefantes” y la solicitada “La última prosa” revisaron una carrera que tiene muchos puntos altos y la sensación de que hay más bellas canciones por venir


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