Subas de taxis y aumento de tasas: acelera el afán recaudatorio de Hissa

El diablo sabe más por viejo que por diablo”, reza el refrán popular. Es que el intendente, Gastón Hissa, abusa de sus “maldades” y “mañas” acarreadas a lo largo de tantos años de camino con el cordobés, Claudio Poggi. En siete meses de gestión, la única propuesta es la recaudación por la recaudación en sí misma. Suba de taxis, aumento en las tasas, algunos de los ejemplos en los que los únicos perjudicados son los vecinos de la ciudad.

 

Entre lo más resonante está el terrible incremento de hasta el 371% en la tarifaria. La medida ya rige y es de actualización trimestral. La Unidad Monetaria Municipal (UMM), por ejemplo, pasó a $51,64. Y en el último trimestre del año se irá a $74,77. Un verdadero dolor de cabeza para la gente que ya tiene su economía licuada en medio de una crisis económica nunca antes vista en San Luis.

 

Por mencionar algunos valores, el carnet de conducir de autos y camionetas se fue de $4.413 a $9.811 y para octubre alcanzará $14.128. El estacionamiento medido fluirá de los actuales $177 (en diciembre estaba en $54) a $225. La habilitación comercial para bares, restó y farmacias fluctuó de $6.348 (diciembre) a $9.292. Mientras que ahora está en $154.920 y en octubre pasará a $223.080. Algo similar ocurre con las discotecas, que de los $371.808 actuales irá a $535.392 en octubre. La renovación anual de licencias de taxi llegará a $24.744 en octubre. En otros términos, una acción en detrimento de los vecinos. 

 

“Tuvimos reuniones con la Secretaría de Hacienda y le planteamos una parte que considerábamos muy compleja y dañina, que hacía alusión a un aumento previo a lo que correspondía en julio; si eso era así, iban a ser mucho más elevados los montos de lo que son hoy. Ellos mismos dijeron que la habían quitado. De todas maneras, dijimos que el sector comercial estaba en una situación crítica y que no era el momento para generar este tipo de modificación tarifaria. No era el momento para generar un aumento así, más en la situación en la que está el comercio en San Luis y el país”, aseveró el titular de la Cámara de Comercio, Industria y Producción, Emmanuel López.

 

 

 

 

 

 

 

 

A las voces en contra del tarifazo se sumaron los verduleros, quienes con las actualizaciones pertinentes tienen que pagar locuras por el ingreso de mercadería. Roberto Ortiz, referente del sector, lamentó que de $32 mil que pagaban hasta antes del incremento, pasaron a $70 mil, es decir, más del 100%.

 

“Esto no nos deja otra solución y se va a trasladar a la gente. Pero si tocamos los precios, encima que están bajas las ventas, no vamos a vender nada. Esto es impuesto tras impuesto, todo aumenta”, manifestó. La realidad es que los empresarios del sector no pueden hacer frente a los elevadísimos cánones (a razón de dos ingresos por semana, el monto a abonar es de $140 mil). 

 

“Más allá del reclamo, sabemos que no se corta acá el bacalao. La gente que ponen en Bromatología es la cara visible del traslado de las directivas, es lo más directo que tenemos para ver cómo podemos encarar esta problemática, no es fácil ir a golpear una puerta y que no nos atiendan”, fustigó el verdulero Claudio Barroso, frente a la indiferencia del Municipio. 

 

“El canon es absurdo, es una locura. Y ya no podemos trasladarle más a la gente el precio. Estamos todos en la misma situación y en estas cuestiones terminamos enfrentados el consumidor con la gente que trabaja de esto, y no tenemos nada que ver. No somos los culpables”, agregó. 

 

Ante estas circunstancias, no hay interés manifiesto de cara a posibles soluciones o alivios para los comerciantes. A Hissa solo le importa llenar las arcas municipales. La pregunta es: si no se ve una ciudad limpia, ordenada ni con obras, ¿adónde va el dinero? ¿A la “timba” financiera? ¿A la caja de la política de cara a las elecciones? Vaya uno a saber.

 

 

Como si fuese poco, el más reciente golpe al bolsillo fue la suba de los taxis, que llevó los precios a un 40% más. Con un Concejo Deliberante con una mayoría que responde sistemáticamente a Hissa, el poggismo llevó la bajada de bandera diurna a $665. 

 

De esta manera, la bajada nocturna pasó a $798. La ficha diurna se fijó en $66,50 y la nocturna quedó en $79,80, cada 130 metros y el minuto de espera. Para los sábados, domingos y feriados, se da tarifa nocturna, que representa un 20% más que la diurna. 

 

La maniobra del oficialismo es de manual. Se sacaron de encima el peso de las presiones de los taxistas y al mismo tiempo, suman un hito más a la masacre recaudatoria. Pero en este punto también se perjudica a los taxistas. Uber, la aplicación que gana terreno en la ciudad, no manejará los mismos valores y se posiciona como más competitiva. 

 

“Yo tengo el taxi y estoy con Uber. La mayoría de los taxistas lo hacemos. Hay un grupo de 200 personas que están en contra, pero la mayoría nos movemos con Uber. Con la suba va a pasar que la gente no va a tomar el taxi, se volcará a lo más barato”, dijo un taxista que prefirió no dar su identidad por temor a represalias.