"Tengo más esperanzas que expectativas"

En su nuevo show, llamado "Quitapenas", José Luis Serrano, el actor detrás de la querible "Doña Jovita", se muestra a cara lavada y se anima a hacer otros personajes. Sobre el escenario, como si fuera un camarín, el público verá la transformación, entre risas y can- ciones, del actor hacia la venerable anciana de las sierras que hace reír a generaciones enteras.

El sábado en el Boliche Don Miranda de Villa Mercedes esa transformación tendrá una nueva función, prevista para las 22 y con todavía algunas entradas disponibles.

Antes de llegar a la provincia, Serrano habló con El Diario de la República en un tono serio, distinto al que suele usar cuando se calza la vestimenta de “Jovita”.

-Al parecer su nuevo espectáculo se inició desde el lugar opuesto al humor, por el hecho de quitar penas…

-Así es, nos damos cuenta de esa condición indispensable que tiene el humor cuando nos ha tocado salir del sufrimiento. En el pensamiento y la cosmovisión de Doña Jovita, como abuela típica de la montaña, se da por supuesto que tiene que atravesar una vida llena de dificultades en medio una civilización donde prima el consumo. Por lo tanto para los pobres, y para la clase media baja, es un verdadero desafío cotidiano luchar contra la falta de recursos, el desánimo, la pena y la escasez de esperanza. Y es un verdadero logro poder trascender esta situaciones que nos interpelan a todos de algún modo. Por eso es lógico que no dejar entrar las penas sea una tarea constante.

-¿Cuáles son los temas que trata en “Quitapenas”? 

-Quiero sostener una actitud contracultural arraigada en la frustración. En cuanto estemos rodeados hábitos de la búsqueda del éxito individual, con argumentos sensacionalistas, con contenidos violentos e hipócritas no vamos a poder salir de ahí.Tanto la literatura como el cine exitoso triunfan porque su argumento nos lleva a la oscuridad y en algunos casos a lo macabro, nunca hacia la esperanza, hacia la posibilidad de ver la vida como un verdadero regalo de la belleza del universo. 

-¿Cómo funciona el humor en ese panorama?

-El humor fluye, es sinónimo de movimiento, de vida. A veces decimos: “tal o cual persona está de buen humor”, independientemente de que pueda ser o no humorista. En contraposición al buen humor, dónde hay empatía, puedo nombrar espectáculos “humorísticos” donde la burla al prójimo es frecuente, tanto por sus defectos, condiciones psicofísicas o vulnerabilidad en general. Hoy en día por el exceso de información reinante, la gente se ve saturada de contenidos cargados de ruido espiritual y no hay tiempo para otro tipo de humor. 

-¿Cuál es, entonces, el humor que persigue?

-El que tiene que ver con la sana carcajada, el silencio, la reflexión y la convivencia con el movimiento del cosmos, nuestro medio ambiente. Siempre ha sido igual la utilización de la burla como recurso para que disfruten solamente algunos, en todos los tiempos ha sido así, pero hoy más que nunca se nota debido a la intoxicación general que hay con el exceso de información. Uno de los temas principales de esta propuesta es celebrar y agradecer que existe la posibilidad de comunicarnos a través del absurdo metido en chistes, cuentos e historias. Y una de las maneras más eficientes es a través de la palabra y la empatía, es decir la confianza compartida. El humor no necesita agredir al prójimo, el buen humor no necesita burlarse del que sufre, del que está enfermo, del que tiene algún defecto físico. Buen humor en su máxima expresión es aquel que nos permite reírnos de nosotros mismos.

-¿Cómo es hacer humor en condiciones sociales como las actuales? ¿Percibe un cambio en el llamado “humor social”? ¿Repercute eso en los shows?

-El humor social, también puede ser llamado “mal humor social” y es una especie de psicosis colectiva que hemos aceptado, que hemos construido. Una propuesta donde nosotros permitimos que a nuestra vida ingresen diez panelistas en el corazón de nuestra casa y desde un aparato, ya sea de la televisión, la radio o internet, se ocupen de nuestros pensamientos, que en realidad deberían ser creaciones personales, originales, propias, que nos benefician anímicamente para sostener una vida mejor.

-¿Percibe algún cambio en el corto plazo?

-Yo suelo decir que tengo más esperanza que expectativa. Y si uno cree en eso es probable que pueda tener una convivencia fecunda con las personas.

-¿Cuáles consideran que son las características del humor? 

-El humor tiene una profunda hermandad con el amor. No se puede concebir un amor aburrido. El humor y el amor caminan juntos. Comparten el don de la alegría y la gratitud. A eso podemos ponerle un cuento, un chiste o una silenciosa mirada con ternura, pero siempre será para ir al encuentro y no para un beneficio personal.

-Tiene una relación especial con la provincia por sus repetidas visitas... 

-El valle de Traslasierra tiene un vínculo entrañable con toda la provincia de San Luis. De algún modo también somos de Cuyo. Culturalmente compartimos una gran cantidad de códigos comunes, una cosmovisión. Tanto que también son nuestros los poetas y escritores de San Luis como Polo Godoy Rojo, Antonio Esteban Agüero, Dora Ochoa de Masramon, Liberato Tobares, Delia Gatica de Montiveros. A ellos hay que sumarle la cantidad de artistas, músicos y compositores que recrean la identidad riquísima de la provincia de esta región que compartimos, de la que nos sentimos parte porque para la poesía, como para los pájaros, no existen las fronteras. Lo mismo pasa con las almas

-¿Se considera parte del ambiente folclórico musical del país? 

-Con frecuencia comparto escenarios con grandes artistas como Las voces de Orán, Facundo Toro; lo hice con Daniel Toro, con Horacio Guarany, con Antonio Tormo. De vez en cuando lo hago con Luis Landriscina, con El Trébol Mercedino en muchas oportunidades, con Las Voces del Chorrillero, con Soledad Pastorutti y muchos otros. Últimamente compartimos una propuesta que tiene que ver con el cancionero regional de nuestras montañas con José Luis Aguirre.

-Hace unos años comenzó a mostrar su rostro en las fotos y en el escenario cuando parecía que (a modo de Piñón fijo) su intención a la largo de su carrera era no descubrir al actor detrás del personaje. ¿A qué se debe esa decisión? 

-A esta altura me gusta mostrar lo que canto como José Luis Serrano porque aparte de Doña Jovita hago otros personajes. De todos modos desde el año 86 en Buenos Aires decidí que no se sepa que atrás de Doña Jovita había un actor. Y eso fue realmente bueno, fecundo y divertido.