El partido más largo e increíble terminó con derrota para Argentina

La Selección argentina Sub 23 perdió en un partido increíble y lleno de incertidumbre que, para darle más dramatismo, estuvo una hora y medio suspendido. Marruecos le ganó 2 a 1 en el inicio de la fase de grupos en un cotejo en el que el resultado quedó fuera de todo contexto.

Además de los 15 minutos adicionados por el árbitro sobre el final del segundo tiempo, el juego estuvo una hora y media suspendido, con los jugadores en los vestuarios y la decisión del VAR de anular el gol que el conjunto de Javier Mascherano había concretado sobre la hora. 

"Este es el circo más grande que vi en mi vida", gritó el DT argentino en un momento del partido que tuvo ribetes increíbles.

El primer tiempo terminó con triunfo marroquí por 1 a 0 y el segundo empezó con el aumento del marcador por medio de un penal. A partir de allí el equipo africano se dedicó a hacer tiempo y no pudo evitar que a los 23 minutos del complemento Giuliano Simeone descontara para los albiceletes.

Cumplidos los 90 minutos reglamentarios, el juez adicionó 15 minutos, una cantidad inusual para el fútbol internacional. Sobre el final de esa adición, y luego de una jugada dramática que tuvo dos rebotes en los palos, Cristian Medina consiguió empatar y desató la alegría argentina.

Por una serie de incidentes ocasionados por los fanáticos marroquíes -mayoría absoluta en el estadio- los protagonistas se fueron de la cancha con la certeza de que el partido había quedado empatado.

Luego de idas y vueltas, y en medio de una incertidumbre total, los jugadores fueron convocados de nuevo a la cancha, una hora y media después para jugar tres minutos adicionados de manera extra y, fundamentalmente, para saber si el gol del empate iba a ser finalmente convalidado. 

Lo que tardó 90 minutos en discutirse, se definió en un puñado de segundos que le bastaron al juez para determinar que la jugada del gol se había iniciado en una posición adelantada, por lo que el gol no fue convalidado y el resultado volvía al 2 a 1.

En esa situación y ante el desgano de los jugadores, el conjunto nacional jugó el rato que quedaba, ante el estadio vacío y una sensación de papelón olímpico que será muy difícil de olvidar.