Una familia del Güemes pide que le arreglen una cloaca

Una joven madre que vive junto a su hermano y su hija de siete años que tiene una discapacidad reclama el arreglo de un desborde cloacal que tienen en el patio de su casa y que no los deja respirar por el olor nauseabundo que emana. Además, pide ayuda a la comunidad porque vive en una hogar muy precario del barrio Güemes de Villa Mercedes, en el que no tienen ni siquiera un baño.

Rocio Domínguez, la vecina afectada, asegura haber reclamado a Obras Sanitarias Mercedes y a la Municipalidad para que la asistan, pero le manifestaron que no pueden ayudarla.

“En Obras Sanitarias me dijeron que si el pozo de cloaca está adentro de mi casa y no afuera, ellos no pueden hacer nada. Entonces no sé qué hacer, porque si no me dan una solución, cómo resuelvo el desborde de agua sucia que sale todas las noches”, expresó Domínguez.

Precariedad. Deben tapar una ventana con frazadas y un colchón.

La mujer agregó que, junto a su hermano, tienen que meter la mano en el pozo para sacar los desperdicios y destaparlo para que ya no se rebalse y entre a la vivienda. “Casi todos los días lloramos por lo que tenemos que hacer para no vivir con todos los restos de líquido contaminado”, dijo.

Además, comentó que les da miedo que les agarre alguna infección por estar en contacto con las cloacas y remarcó el olor nauseabundo con el que conviven las veinticuatro horas del día. También reveló que guarda la ropa de su hija en bolsas para que no se llene de olor ya que no tienen un ropero.

La joven de 26 años duerme junto a su pequeña que padece de un retraso madurativo en una habitación totalmente precaria que tiene paredes por donde se les filtra el frío de afuera. Tampoco cuentan con calefacción, debido a que la única estufa que poseían, dejó de funcionar hace algunos días.

“Fui hasta el área de Desarrollo Social con fotos de cómo estamos viviendo con mi familia para que me den una mano, pero primero me dijeron que iban a mandar a alguien para que corrobore lo que yo ya les estaba mostrando, como si no me creyeran. Vinieron, vieron todo y no me dieron ninguna solución”, comentó con indignación.

Les falta de todo, no tiene cocina, mesa, sillas, utensilios para cocinar ni para comer.

“Tengo que ir a la casa de mi abuelo que vive a la vuelta de nosotros para bañar me yo y a mi hija, porque no tengo baño. Y durante la noche cuando a mi nena le agarran ganas de ir, tengo que molestar a mi vecina”, describió la joven.

Dos de las ventanas que tiene la vivienda están cubiertas con un cartón, una frazada y un colchón para cubrir un poco el frío, pero igual les ingresa. La única “solución” que le dieron en la Municipalidad fue que haga cerrar la ventana con material.

“Para almorzar generalmente voy a la iglesia y me traigo la comida para comer con mi hija y nos tenemos que sentar en la cama porque no tenemos nada”, describió Domínguez.

La única ayuda que recibe es la asignación universal por hijo que le alcanza para cubrir muy pocas de todas las necesidades que tienen. Los que deseen colaborar pueden comunicarse a su teléfono 2657-790411. Lo que más precisa son frazadas porque tiene solo dos finitas. También ropa de abrigo para ella talle grande y calzado 44, para su hija ropa talle 7 y calzado número 32/33. También necesitan una estufa, anafe, garrafa y utensilios para cocinar y comer.