Juicio por Mafalda: declararon 3 testigos, pero ninguno pudo describir a los ladrones

En el primer día del juicio por el asalto mortal que sufrió Mafalda Sánchez declararon tres testigos. Todos eran vecinos de ella, algunos apenas cruzaban palabra con la mujer y otros la conocían más. Dos de ellos coincidieron en que, minutos antes de que su vecina fuera asaltada, el 4 de septiembre de 2023, vieron a dos hombres en la cajuela de la luz del monoblock donde residía la víctima. Pensaron que era personal de Edesal y no le dieron mayor importancia. Por eso no prestaron mucha atención y no pudieron describir al detalle cómo lucían. No imaginaron nunca que resultarían ser los ladrones que luego llevarían a la muerte a la mujer.

 El primero en hablar fue un anciano que vive en un departamento ubicado al frente de la casa de Mafalda. Dijo que ese lunes, al mediodía, cuando se acercó a la ventana, vio que el gabinete de la electricidad, que daba energía al edificio donde vivía la víctima, estaba abierto. Pensó de inmediato: "En cualquier momento nos cortan la luz".

Salió y habló rápidamente con un hombre que estaba parado enfrente de la cajuela y que pensó que era de Edesal. Le preguntó si cortarían el servicio y el hombre le respondió que "si no lo pagaba se lo iban a cortar". Refirió que no pudo ver si era calvo, como el acusado Guillermo Páez, porque tenía una gorra de lana. "No le vi la cara, porque ni me paré a mirarlo", señaló.

Luego, declaró una vecina, amiga de la víctima, que minutos antes del crimen había estado en su departamento. Contó que fue hasta lo de Mafalda a llevarle un lápiz labial para una amiga de ella y se fue porque tenía que servirle el almuerzo a su nieto. Indicó que cuando salió de la casa de su vecina, advirtió "a dos hombres, agachados frente a la cajuela de la luz", pero no les prestó mayor atención. El gabinete de servicio del que todos hablaban está a un metro de donde residía la mujer asesinada, en el palier.

Esa vecina y otra que declaró antes fueron quienes luego ayudaron a Soledad, la hija de la víctima, a entrar a la casa porque su madre no abría la puerta. Relató que corrieron el vidrio de la ventana, para intentar abrir la puerta desde afuera, y en eso vieron el cuerpo de Mafalda tendido en el piso, al lado de la mesa del comedor.

Pensó, en un primer momento, que se había descompensado porque de vez en cuando tenía problemas para respirar. Explicó que fumaba mucho y había sufrido un accidente automovilístico que le afectó para siempre el sistema respiratorio. Pero cuando ingresaron al domicilio y vieron todo revuelto, supieron que le habían robado.