Cuáles son los cinco pilares que garantizan la cría bovina en San Luis

La cría bovina en San Luis se concentra en zonas poco productivas, un escenario que obliga a la empresa ganadera a adoptar tecnología y ajustar variables para que el negocio rinda.

El médico veterinario y especialista en inseminación bovina Emilio Huguenine explicó por qué los resultados en la producción ganadera dependen de cinco pilares: manejo, nutrición, reproducción, sanidad y genética.

Recomendó hacer servicio estacionado, seguido de ecografía o tacto para sacar la vaca vacía del campo y dejar solo la que produce. Entrevistado por suplemento El Campo, describió los errores habituales que cometen algunos productores que no logran evolucionar ni progresar en la actividad.

“En algunas zonas hacia el oeste y el sur de la provincia no fue el mejor año en porcentaje de preñez; estuvo complicado con unas lluvias, que en algunos campos llegó bien, en otros regular y en gran parte muy poco, con resultados muy variables obtenidos después de las ecografías que realizamos en los campos a los que atendemos”, describió.

El profesional es titular de la firma Emilio Huguenine & Asociados, que brinda servicios y asesoramiento veterinario a importantes establecimientos ganaderos de San Luis, sur de Córdoba y La Pampa.

Explicó que la variabilidad que se encuentra en general en los campos de cría de San Luis depende del manejo. Si en el establecimiento se hizo algún tipo de destete precoz o anticipado, esos campos tuvieron mejores resultados, indicó y agregó que, en cambio, en aquellos que dejaron los terneros con la cría al pie y la vaca en baja condición corporal, la preñez fue baja.

“En los campos de monte, la preñez es baja un año y buena otro, porque perdonan a las vacas vacías. Esto ocurre porque no hay un manejo de algún profesional que diga que hay que destetar o no, sacar, cambiar la pastura. Por ejemplo, cuando uno busca tener una eficiencia de una vaca durante 7 u 8 años en campos de monte en estas condiciones no terminás teniendo un ternero por vaca por año, que es el objetivo principal, sino cada dos años”, aclaró.

Este manejo tiene su impacto ambiental. El veterinario citó a un colega cuya exposición escuchó en Brasil, donde habló del “amoníaco entérico”, cuyos gases aportan al calentamiento global: “Toda vaca que es improductiva genera gases, más que la que es productiva; en definitiva, la que produce por lo menos produce y genera”.

De todos modos, recordó que los gases que emite la ganadería solo son el 4,5% del total que generan otras actividades sin vínculos con lo agropecuario.

Huguenine insistió en ese sentido en hacer el servicio estacionado en la época de mayor producción de pasto, lo que, a su vez, permite un control sobre enfermedades venéreas y nutrición.

"Todos los rodeos de cría necesitan buena nutrición, por lo que los servicios deben ser en la época de mayor producción de pasto, además de la buena sanidad de los toros y vacas con las vacunas reproductivas", recalcó.

También advirtió que si la vaca está en baja condición corporal, debe hacerse un destete precoz o anticipado. La condición corporal se mide en una escala de 1 a 5: "Cuando la vaca está por debajo de 2, no entra en celo y, por lo tanto, no se vuelve a preñar, y por eso es necesario el servicio estacionado".

De todos modos, destacó que si a la producción ganadera se la encara como un negocio, deben considerarse los tres pilares que recomendó, entre los que destacó la fertilidad.

"Después de que se hace el servicio estacionado, a los 30 y hasta 60 días se hace una ecografía o tacto, para que la vaca que no quedó preñada se venda y queden las productivas; si se insemina, se logran muchos mejores resultados de preñez y más kilos al destete, además de incorporar una alta carga genética", valoró el médico veterinario.

El concepto es que al sacar la vaca vacía se está seleccionando por fertilidad, que es considerado el índice más importante dentro de un rodeo de cría.

"En San Luis, tenemos rodeos muy fértiles, con una preñez superior al 90% y una selección de más de veinte años, y después están los rodeos subfértiles que por mal manejo perdonan a las vacas vacías, con una preñez por debajo del 50%", destacó.

Por otra parte, indicó que en las condiciones de la provincia, cuando empiezan los servicios, en noviembre, diciembre o enero, según la zona, casi el 80 o 90 por ciento de las vacas están en anestro, es decir que no está ciclando, y por lo tanto no se va a preñar.

Para evitar eso, agregó, la vaca debería ingresar a un lote nuevo, con pastura, donde pueda cubrir los requerimientos, la producción de leche que le da al ternero y le debería sobrar algo de energía para que se vuelva a preñar.

"Si la vaca no cubre sus requerimientos y la producción de leche, empieza a perder peso y, por una cuestión de subsistencia, no se preña. Pero si va con ganancia de peso, aunque sea 100 gramos diarios, se vuelve a preñar porque le sobra energía para ovular y si es vaquillona, con más razón, porque todavía tiene que crecer", reiteró.

Mencionó que también se puede usar tecnología de creep feeding en algunos campos de cría, que es una suplementación especial hiperprecoz para el ternero cuando aún está con la madre.

 La especialidad de Huguenine en la reproducción bovina es el anestro. Para sincronizar celos utiliza hormonas en vacas con poca ganancia de peso para que comiencen a ciclar.

Explicó que la denominada Inseminación Artificial a Tiempo Fijo (IATF), además de ayudar con la vaca que no está ciclando, genera que se logre mejor preñez en el primer mes, con más terneros paridos en ese lapso y más pesados al destete.

Añadió que el ternero que nace en septiembre u octubre siempre será más pesado que el que nace en diciembre, no tanto por una cuestión de edad, sino porque va con la época de producción forraje: "Eso es lo que logra la inseminación, que vos tengas mayor preñez cabeza, con más peso al destete".

En definitiva, Huguenine recomienda insistentemente tener en cuenta a nivel empresarial que para obtener buenos resultados deben contemplarse cinco pilares: manejo, nutrición, reproducción, sanidad y genética, mientras que otros le agregan instalaciones.

Señaló que por otro lado están los ganaderos de escala chica a quienes no les dan los costos para incorporar esta tecnología y, por lo tanto, sus explotaciones no alcanzan la rentabilidad deseada.

"San Luis no tiene recursos naturales buenos; algo de agricultura en la zona este y después, toda la parte ganadera, que se podría explotar más. Para eso debería haber una política de Estado productiva que no dependa de una gestión de gobierno, con un trabajo de consenso entre el productor, los municipios y el Estado provincial, sin darle plata, sino generando créditos para siembra de pasturas y para compra de reproductores, pero tiene que ser un proyecto de largo plazo, de 20 años por lo menos, con capacitación de los productores", concluyó.