Chuncanidades del hombre que siempre ríe
El cantante cordobés volvió a San Luis y dejó canciones nuevas y las que ya son un clásico del folclore serrano, acompañadas, por supuesto, de su eterna sonrisa.
La sonrisa de José Luis Aguirre, tan amplia como contagiosa, no se borra por nada del mundo. Ni por el clima social que describe con certeza serrana, ni por la escasa concurrencia que puedan tener sus recitales en tiempos donde vender una entrada es difícil para cualquiera. En cualquier circunstancia, el poeta cordobés muestra sus dientes y sus canciones.
Por tercera vez en el año, Aguirre llegó a la provincia para reencontrarse con su público y expandir su mensaje de búsqueda de uno mismo en medio de un entorno por ahora complejo. Durante las dos horas de concierto en la sala Berta Vidal de Battini, el cantante expuso sin nombrar a persona alguna su compromiso con lo público, lo solidario, lo grupal, Palestina y las víctimas del triple crimen de La Matanza.
Recién llegado de Villa Dolores y a punto de partir a Villa Mercedes -donde terminará su gira provincial el domingo 19 en el Boliche Don Miranda- Aguirre dio un show dividido claramente en tres partes. La primera tuvo los temas que editará en breve, en su próximo disco bautizado “Sendero del alma”.
Las canciones contienen reflexiones sobre diversas búsquedas e inquietudes que José Luis tuvo a lo largo de su vida en el monte, como la mirada interior, la minería a cielo abierto, las culturas originarias, el cuidado de la naturaleza y el bienestar de los más vulnerables, que tuvo su expresión máxima en “Milonga del hospital”, compuesta en décimas y que resume la experiencia del cantante cuando tuvo que pasar varios días en un centro asistencial público para cuidar a un ser querido. “A veces, en Argentina no valoramos todo lo que tenemos”, dijo.
La segunda parte del espectáculo estuvo marcada por la presencia de la única invitada de la noche, la guitarrista y compositora Daniela Calderón. Cueca, gato, tonada y zamba formaron esa etapa que sirvió para consolidar una dupla que suena muy bien en conjunto. “Podríamos ir a tocar a la gorra a la peatonal”, bromeó José con la complicidad de la puntana.
El cantante se mostró muy contento con tocar en un teatro, sin el ruido de las peñas que son su habitual espacio de demostración. Aguirre tuvo que adaptarse a que los bailes del público fueran en el escenario y a los silencios y los aplausos; nada que hiciera desaparecer sus labios extendidos al máximo.
Como era de esperar, la parte final llegó con un recuento de sus canciones más conocidas como “Chacarera de la tía Rosa”, “Gajito ‘e luna”, “Bailecito para iluminar”, “Si fuera un pajarito”, “Humilde abrigo de los serranos”, “Los chuncanitos del río” y “Pisando nubes”, entre otros.


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