Víctimas de violencia exigen que las denuncias contra un hombre sean investigadas

En un nuevo caso de violencia de género que estremece a la comunidad, varias mujeres han denunciado los abusos físicos, psicológicos y sexuales sufridos a manos de Jonathan Raúl Andrade Villara, alias "Flaco Andrade". El acusado, que actualmente se encuentra detenido en la Comisaría 4ª, ha sido señalado por numerosas víctimas que relatan patrones de conducta violentos y manipuladores.

Una de las denunciantes declaró que en una ocasión acudió a la vivienda del agresor, en San Luis, después de haber mantenido una conversación por WhatsApp con él. Todo transcurría con normalidad hasta que de un momento a otro, Andrade Villara se tornó agresivo tras intercambiar mensajes con una mujer. La víctima relató que el sujeto mostraba intenciones de consumir drogas, lo que ella cuestionó. Ante esto, el hombre reaccionó violentamente, impidiéndole salir de la vivienda y agrediéndola físicamente.

"Me pegó cabezazos en la nariz y en la boca hasta hacerme sangrar. Me gritaba que me callara para que los vecinos no escucharan. No me dejaba salir, y cada vez que intentaba tranquilizarlo, él reaccionaba con más violencia", contó la víctima. La situación escaló hasta el punto en que recibió un fuerte golpe en el ojo derecho, dejándola momentáneamente sin visión en ese lado.

Logró escapar cuando el agresor se durmió, momento que aprovechó para contactar a sus familiares y alertarlos de su situación. Su padre y su hermano llegaron a buscarla, pero Andrade Villara intentó retenerla y se negó a abrir la puerta. Los familiares de la víctima tuvieron que forzar la entrada para rescatarla. "Me había hecho poner lentes para ocultar los golpes en mi rostro", reveló.

No es la primera vez que Andrade Villara es denunciado por hechos similares. Otras mujeres han testificado sobre su accionar violento y amenazante, que se extiende desde hace años. Entre los testimonios, se destacan casos de hostigamiento, retención contra la voluntad de las víctimas, abuso físico y psicológico, y hasta violaciones.

Una de las víctimas aseguró que en 2013 fue atacada por Andrade Villara y que la persiguió hasta el 2020. "Me buscaba en la facultad, en el trabajo, donde estuviera. Me hackeaba las redes sociales, escribía mensajes como si fuera yo, se inventaba historias", relató. Otra de las víctimas narró un episodio aterrador en el que el agresor, luego de someterla a golpes, la apuntó con un arma de fuego y le dijo que ambos morirían juntos. "Me obligó a cocinarle mientras me tenía amenazada. Se tiró al piso a llorar y en ese momento, gracias a la llegada de un amigo suyo, logre escapar", afirmó.

Otro testimonio reveló que Andrade Villara revisaba la ropa interior de su pareja al regresar del trabajo y, si encontraba algún indicio que le pareciera sospechoso, la golpeaba brutalmente. "Para él, todas las mujeres somos putas, nos acusa de ser infieles, nos insulta y nos golpea", dijo una de las víctimas.

Las denunciantes también han expuesto la preocupante falta de acción de las autoridades. Mencionaron que, a pesar de haber realizado múltiples denuncias, muchas de ellas han desaparecido del sistema. "Es como si nunca hubiéramos denunciado. Nos han ignorado. Hasta la policía que tomó mi denuncia en 2016 me invitó a salir después de escuchar mi testimonio", denunció una de las víctimas.

Las mujeres que han sobrevivido a los abusos de Andrade Villara se han unido para exigir justicia. Al menos 10 denuncias han sido presentadas contra él, pero el miedo sigue latente, ya que en varias ocasiones ha salido de la comisaría en poco tiempo. "Siempre nos decía que era sobrino de una jueza y que por eso entraba y salía en un par de días", relataron.

Mientras el agresor continúa detenido, las víctimas hacen un llamado a la comunidad y a las autoridades para que tomen medidas efectivas y eviten que Andrade Villara continúe ejerciendo violencia de género de manera impune. "La justicia debe escuchar nuestras voces y garantizar que ninguna otra mujer tenga que pasar por lo que nosotras vivimos", concluyeron.