Vuelve a las andadas un periodista con oficio

Una de las bases en la que se cimentó la extensa y exitosa carrera literaria de Gustavo Menéndez es la elección del punto de vista desde el que ofrecer su historias. El año pasado presentó la romántica e histórica novela “La hija de la guerra”, sobre el romance de Melchora Pringles y un soldado español detenido en San Luis en 1819. Ahora, el autor merlino se confirma como uno de los más prolíficos de la provincia al resucitar a Emilio Coblan, el viejo periodista de policiales que protagonizó su novela de 2019 “El día que secuestraron a Puccio”.

Es probable que Coblan sea una suerte de alter ego de Menéndez, también periodista con la edad suficiente como para haber pasado por varias redacciones de publicaciones en papel. “Cuando el diario de papel era trascendente en la vida argentina, por esa tradición que tenía el pueblo de informarse por semanarios o publicaciones más austeras, las redacciones eran grandes escuelas para periodistas y siempre había gente que descollaba y que se las sabía todas. Me parece que Coblan es como un periodista que se las sabe todas”, dijo el autor.

Tomó tanta trascendencia para Menéndez la presencia de su personaje que a su nueva novela decidió titularla “Coblan: el ocaso de un infame”, que fue presentada el fin de semana pasado en Hexámetro, la librería de Merlo. Estuvieron presentes el editor final de obra, el escritor Federico Moulia, y la representante de la editorial Vagus, Alejandra Antoniassi.

Para el escritor, el ocaso al que se refiere el título “coincide con algunos momentos políticos sociales contemporáneos, donde todo se va degradando. No es un ocaso personal, es un ocaso de un sistema, de un territorio, de un país”.

En realidad, la nueva publicación bien puede ser definida como la confluencia entre “El día que secuestraron...” y “Lo que se lleva en la sangre”, su novela de 2016. En el argumento, Emilio, casi retirado del día a día periodístico pero nunca de la profesión, convoca a un joven colega al que conoció por sus artículos para contarle un viejo caso, aparentemente menor, sin resolución, que tuvo a un cementerio como escenario.

A partir de entonces se desarrollan una serie de acontecimientos en donde la corrupción, la decadencia política y la ilegalidad están muy presentes en personajes que deberían combatirlas: un candidato a gobernador, un comisario con ambiciones y hasta un conserje de hotel. El submundo de los servicios de Inteligencia y del poder entrecruzado con el periodismo conforman un escenario aún más intrigante.

El escritor comenzó a delinear la historia a finales de 2021 y, según dijo, le llevó mucho trabajo organizar la trama y dar con los personajes indicados. Hasta que se decidió a hacer una novela contada a dos voces (las de Coblan y su colega) de argumento oscuro, político y policial. “Creo que un escritor o una escritora tienen el gran desafío de definir quién va a contar las historias”, dijo Menéndez, quien para su obra anterior tuvo que ponerse en la piel de una mujer, joven, que vivió en el siglo XIX.