Vecinos del barrio Jardín frenan la obra del Mercado Central

Fue un lunes más que movido para los vecinos del barrio Jardín San Luis. Y es que a fuerza de organización, insistencia y una improvisada reunión en la Municipalidad, lograron frenar ayer el inicio de obra del Mercado Central que la Intendencia tenía previsto en el terreno ubicado sobre calle Franco Pastore entre Caferatta y Ministro Berrondo. El acto estaba previsto a las 17, pero a esa hora los funcionarios municipales se acercaron al predio para explicarles a las familias que suspendían la construcción y que habían firmado un acta con algunos delegados del barrio para dejar constancia del cambio. Por ahora, sólo realizarán un Centro Integrador Comunitario (CIC), la única edificación que contaba con la aprobación de los habitantes del vecindario.

El Municipio iba a construirlo en un descampado, pero las familias se negaron.

El Súper Mercado Central, que al principio se proyectó como un Mercado Concentrador de Frutas y Verduras, es una iniciativa que la Comuna puntana presentó hace más de un año. La propuesta fue variando y hasta se mudó del Eva Perón al baldío de la Franco Pastore. Pero para los habitantes del barrio Jardín fue casi una novedad el comienzo de la construcción: todas las personas consultadas por El Diario aseguraron que al principio el Municipio les había propuesto únicamente el CIC y que confirmaron el rumor de la otra obra el fin de semana, cuando empleados de la Municipalidad les entregaron folletos e invitaciones para el acto que tenían programado ayer a la tarde.

No fue una buena noticia para quienes viven en la zona, que argumentaron que el proyecto aumentaría la circulación de transporte y de gente que no es de la zona, generaría mugre y hasta se convertiría en un foco infeccioso.

Casi sin dudarlo, un grupo de vecinos convocó a una reunión el domingo a la noche, en la que decidieron ir al otro día a la sede de la Intendencia para impedir el inicio de la obra. El encuentro con los funcionarios fue cerca de las 8:30 y participaron cinco representantes del barrio, el jefe de Gabinete, Luis “Piri” Macagno; el secretario de Gobierno y Seguridad Ciudadana, Federico Cacace; la secretaria de Desarrollo Social, Nora Videla; el director de Relaciones Institucionales, Claudio Guillermo Limbrici; y el director de Participación Ciudadana, Jacinto García.

Graciela, una de los integrantes de la comisión que fue a la Comuna, comentó que les dijeron a las autoridades que no les habían notificado de la edificación del Mercado Central, que nunca los habían consultado sobre la iniciativa y que ellos sólo querían el CIC. Y hasta se animaron a objetarles que quince días antes uno de los titulares de la Comuna les negó que el “súper” se instalara en ese sector. Un teléfono descompuesto similar ocurrió cuando este medio le preguntó al Municipio por qué se había suspendido el acto de comienzo de la obra.

Como recuerdo de la reunión, Graciela y el resto de los vecinos se llevaron un acta en el que las dos partes acordaban tres puntos: frenar el inicio de la construcción, hacer un censo entre todos los habitantes de la zona para definir qué opinan del mercado y si hay consentimiento o no para realizarlo, y empezar la edificación del centro comunitario.

El CIC ocupará 640 metros cuadrados y contará con farmacia, enfermería, tres consultorios médicos, locales para laboratorios, oficinas de asistencia social y de administración, dos aulas para capacitación, un Salón de Usos Múltiples (SUM) con cocina y depósito y un polideportivo. Víctor, otro de los representantes del barrio, explicó que ésa era la propuesta que les habían hecho y a la que adherían, ya que hace años que quieren tener un servicio de salud pública más cerca de su casa y un espacio para hacer trámites o en el que jueguen los niños.

La historia no terminó en el encuentro de la mañana. A las 17, que era el horario previsto para el acto municipal, los vecinos que lograron el acuerdo con el Municipio se juntaron en el predio para explicarle al resto de los habitantes de la zona qué habían conseguido de las autoridades locales. La reunión arrancó con 11 personas y terminó con casi 50, ya que se acercaban al ver movimiento en el descampado. Y no estuvieron solos. Al rayo del sol, con traje y de a uno también llegaron Limbrici, García, Cacace y Macagno, quienes aseguraron que asistían para “dar la cara” y transmitirles la misma información que le habían dado al pequeño grupo que fue a la sede municipal a la mañana.

El secretario de Gobierno afirmó que no harán el mercado si no tienen el consenso de las familias y reiteró que encuestarán a todas las casas para averiguarlo. Pero Graciela propuso que los vecinos realicen un relevamiento paralelo. Así que decidieron organizarse para hacer el censo. Pero antes se tomaron varios minutos para reprocharles a los funcionarios que les habían propuesto un edificio y después apareció otro y  que el intendente Ponce visitaba poco ese sector de la ciudad.