Todos coincidieron en que fue la experiencia más fuerte que vivieron. Ocho personas y cinco perros entrenados del Grupo de rescate K9 con sede en la ciudad, brindaron asistencia y colaboraron en la búsqueda de víctimas durante el alud que afectó a una pequeña localidad de Catamarca que sufrió las consecuencias de la naturaleza a fines de enero.
La ong participó localizando víctimas en la zona devastada.
Los socorristas mercedinos fueron convocados por el gobierno catamarqueño a través de la Escuela Argentina de Socorrismo y no dudaron en viajar para sumarse a las tareas de búsqueda y rescate. Seis hombres y dos mujeres que forman parte de la asociación sin fines de lucro emprendieron viaje en tres vehículos particulares, llevaban además cinco de sus perros que viajaron en los caniles de un tráiler especial.
Luego de recorrer más de 700 kilómetros, arribaron al lugar del desastre. Durante cuatro días articularon su labor en coordinación con otras organizaciones e instituciones que trabajaron intensamente en la localidad de El Rodeo, la más afectada (ver Recuadro).
“Trabajamos en conjunto con los bomberos voluntarios de Paraná, Entre Ríos, y con el apoyo de Defensa Civil, Policía y todo el sistema de salud y comité de emergencia de Catamarca comenzamos con las tareas de rastrillaje y búsqueda con perros” expresó Rubén Benito, presidente del Grupo K9.
La principal tarea consistió en corroborar dos ubicaciones donde probablemente se encontraba una víctima, bajo el barro y rocas gigantes que arrastró el temporal.
“Con nuestros perros detectamos y coincidimos en el lugar, y luego con las máquinas se empezó a remover todo el lodo y las rocas. En un momento percibimos un olor muy fuerte, y finalmente el médico forense constató que era olor cadavérico, después se llamó a la policía y al fiscal. Esa fue la marcación más fuerte y precisa que logramos detectar”, aseguró Ceferino Villegas, integrante del grupo.
Las características de la zona, y la naturaleza hicieron que el trabajo muchas veces fuera en vano y debieran reiniciarse a diario desde cero. “Las máquinas trabajaban pero era mucho barro y piedras de gran tamaño, en un momento los maquinistas y nosotros tuvimos que salir de la zona porque estaba lloviendo en la montaña y el río Ambato volvía a crecer, otro día todo lo que se había logrado se había tapado y tuvimos que volver a empezar” recordó Villegas.
El panorama que observaron durante su estadía en la zona, era devastador, la fuerza de la naturaleza se había manifestado en su mayor amplitud, y los rescatistas no dudan en destacar que fue una experiencia que nunca habían vivido. “Nunca había estado en un desastre natural así, el tamaño de esas rocas y piedras, algunas eran del tamaño de un camión, eso fue arrastrado y destruyó todo a su paso”, dijo el jefe del grupo K 9.
Un equipo de dos
El grupo de rescate de Villa Mercedes se formó en 2008 y actualmente cuenta con 17 integrantes y ocho perros. Las personas que se dedican a esto no perciben dinero a cambio y provienen de orígenes muy variados: algunas trabajan en la Fuerza Aérea, otros en la Policía y Defensa Civil, hay docentes, empleadas administrativas y hasta amas de casa.
Todos ellos establecen un vínculo particular con los perros, son un auténtico equipo. “Somos una sola cosa, perro y su guía son uno solo. El perro hace su búsqueda y el guía debe acompañarlo e interpretar lo que señala y lo que quiere decir”, indicó el presidente del grupo mercedino, y destacó que en esta última intervención “El comportamiento de los animales fue excelente, era una zona que fue muy hostil para ellos; el río Ambato tiene mucha fuerza, y había que ingeniárselas para cruzar el río, a veces los perros cruzaban solos, hicieron un gran trabajo”, concluyó el rescatista.
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