Siempre decía que estaba cansado, que se quería retirar para estar tranquilo, para dedicarle más tiempo a su familia. Y es muy doloroso cómo terminó todo”. En una entrevista a “cuentapalabras”, Juan Carlos Barrionuevo, el hermano mayor del Julio Marcelo Barrio recordó con orgullo y respeto al comisario asesinado en Naschel.
“Ni bien nos enteramos de la noticia, todo el pueblo quedó consternado".
“Es un verdadero héroe, porque dio su vida por los demás como policía. Y eso que en realidad él quería ser contador. Por eso casi nunca llevaba el arma. Además, había decidido trasladarse a Naschel para estar en un lugar más calmo”, explicó Juan Carlos, de 63 años.
La trágica e inesperada partida del jefe de la seccional, de 49 años, terminó por conmocionar a su pueblo, el mismo que lo vio crecer entre las canchas de fútbol, la escuela "Hipólito Yrigoyen", el cuartel de bomberos y la comisaría.
Un jugador de toda la cancha. Hincha de Boca, pero más amante de los asados con los parientes, logró ganarse el respeto de todo Santa Rosa por su humildad y el compañerismo.
“Su principal característica era que comprendía a los civiles y los subalternos. Si tenías algún problema o cometías algún error, él siempre te hablaba, te aconsejaba. Es decir, era muy humano con todos. Recuerdo que siempre asistía a todas las reuniones de la escuela, la Municipalidad o de amigos. Hasta que esa noche fue a hacer un adicional al boliche, y se nos fue”, contó con tristeza el inspector Quiroga.
"Cómo puede ser que pasen estas cosas -se preguntó-. Todavía no lo podemos creer. Estamos muy shockeados. Qué circunstancias llevaron a esa persona -en referencia al inspector Walter Talquenca- a reaccionar así".
Hernán Soloa, compañero de la 19ª promoción de egresados de la escuela de cadetes, lo recordó como un padre de familia que siempre aconsejaba y le ponía los límites a los más jóvenes. Lo describió como muy humilde, un experimentado defensor del bien común.
“Ni bien nos enteramos de la noticia, todo el pueblo quedó consternado. Y apenas me pidieron el cuartel para hacer el velatorio acepté, porque necesitábamos un lugar grande. Sabíamos que iba a venir mucha gente. Es más, creo que después de la partida de Guido Polini (el jefe de los bomberos voluntarios del pueblo, que murió hace cuatro años), éste fue el velorio más convocante”, sostuvo el encargado del cuartel de Santa Rosa, Rubén Zavala, quien era vecino y de chico jugaba a la pelota con Barrio.
Barrionuevo explicó que toda la comunidad participó del responso y supuso que decidió acompañar a la familia por la humildad y el trato que el comisario tenía con la gente. “Era un hombre ejemplar, que ayudaba al que podía. Y si bien era serio, en casa era el más ‘payaso’, el que te hacía reír. Pero porque disfrutaba mucho de los asados en familia”, contó su hermano mayor, mientras se preparaba para juntarse con su cuñada y sobrinos para “charlar de la vida”.
A tan sólo dos días de su partida, vecinos, compañeros y familiares todavía no le encuentran explicación al tiroteo de Naschel que se llevó al querido comisario y conmocionó a una provincia entera.


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