Es el elegido por los consumidores para salsas, condimentos, ensaladas y una infinidad de comidas. No por nada la industria del tomate requiere 540 mil toneladas anuales. Además es la hortaliza que más valor agregado en origen genera. Por ese motivo, el técnico del INTA La Consulta de Mendoza, Cosme Argerich, cuenta por qué surge como una alternativa en las economías regionales.
El desafío es aumentar los rendimientos por hectárea y tecnificar el manejo.
Más allá de sus propiedades antioxidantes, aportan fibras, minerales, vitaminas y su uso en la cocina de los argentinos está en aumento. Según asegura el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria “esto se debe a la tendencia mundial de adquirir productos saludables y beneficiosos para la salud, al tiempo que nutritivos y de calidad”.
Y en ese sentido, para el técnico “las economías regionales tienen una oportunidad gracias a la excelente calidad de la producción nacional y los buenos rendimientos obtenidos por hectárea”.
Pero el precio y la escasez de la energía, el agua y la tierra retan a la eficiencia de los productores. Así, según Argerich, “el desafío está en aumentar los rendimientos por hectárea, tecnificar su manejo –especialmente con el agua de riego– y aplicar las buenas prácticas agrícolas resultan fundamentales para asegurar la sustentabilidad del cultivo”.
Eficiencia al máximo
Para eso el productor debe ampararse en las nuevas tecnologías y en el correcto manejo de los suelos, del cultivo en general o las variedades desarrolladas. Pero más allá del planteamiento existen ciertas herramientas que incrementan los rindes, entre ellas el mulching o acolchado plástico oxibiodegradable que, combinado con el riego por goteo, incrementa en un 30% el crecimiento inicial vegetativo y un 25% en el rendimiento de frutos en la producción de tomate para industria.
La aplicación de esta estrategia impacta directamente en el ahorro y conservación de agua en los cultivos. Además, optimiza la temperatura del suelo, permite un mayor control de malezas y protege la estructura del suelo al minimizar la erosión.
Por su parte, aplicar el riego por goteo también tiene sus beneficios. Esta estrategia permite obtener rendimientos superiores a los 120 mil kilogramos por hectárea –con un aprovechamiento de hasta un 95% del agua– sobre todo en terrenos marginales, como algunas regiones de San Luis.
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