Perfumes y alfajores, lo más elegido por los brasileños

Además de significar un espectáculo atractivo y una ocasión de intercambio cultural, el Carnaval de Río en San Luis también es una oportunidad para los comerciantes locales de incrementar sus ganancias por la demanda que generó la llegada del contingente de pasistas brasileños, que este año eligieron comprar perfumes y alfajores, rubros que desplazaron a otros de años anteriores como la ropa informal y deportiva.

Este año, la indumentaria deportiva pasa desapercibida.

En el mediodía de ayer, las calles del microcentro puntano desbordaban de gente, propia y extraña. Predominaban los chicos de distintas escuelas secundarias con banderas de promociones reunidos en plaza Pringles, que junto a la gente local y los turistas llenaron las principales veredas de la ciudad.

Aunque en menor cantidad, los cariocas sobresalían del resto por los llamativos colores de sus ropas y su particular lengua: el portugués.

En las horas previas a la primera noche del Carnaval, muchos de los bailarines y músicos que animarán esa fiesta, coparon las perfumerías céntricas. Una de ellas, Cortassa que está ubicada sobre la calle Belgrano casi Vía Ridavadia, fue un entrar y salir constante de clientes, en su mayoría morenos.

Según dijo una de las vendedoras, el principal objeto de deseo fueron las fragancias, sobre todo las nacionales porque son más baratas que las importadas.

A diez metros de ese negocio, en la esquina, los dueños de la confitería  de la marca marplatense Havanna señalaron que tuvieron buenas ventas, inclusive mejores que las del mismo período del año pasado.

"Están enloquecidos con los alfajores porque en Brasil consiguen esta marca pero a un precio hasta tres veces más caro. También muchos llevaron dulce de leche, nueces y cacao", explicó la propietaria del comercio, Estefanía, quien agregó que reforzaron la mercadería especialmente para esta fecha.

Ya es un clásico que en cada visita que hacen a la provincia, salgan de compras. La principal razón es que los favorece el tipo de moneda, con un real que equivale a casi 4 pesos argentinos.

"Empezaron a llegar el miércoles, bajaron del colectivo y una de las primeras cosas que hicieron fue venir al centro, hubo muchísimo movimiento", indicó Mario, otro de los propietarios de Havanna.

A los que ni el mercado cambiario ayudó, fue a la casas de deportes, que este año pasaron desapercibidas para los cariocas.

"Comparado con años anteriores nos fue muy mal, nos quedamos con mucho stock que se había comprado especialmente, como bolsos. Como mucho tuvimos dos o tres clientes por día, las ventas cayeron el cien por ciento", afirmó José, vendedor de una tienda deportiva de la peatonal.