Camila Partenza, sonrisa y pasos de una chica que vive con el samba en la piel

La reina de la batería de la escuela de samba Sierras del Carnaval es un camaleón: nació en San Luis, estudia Trabajo Social en Mendoza, para los días del carnaval se mezcló en la delegación brasileña como una más y sin sus trajes de realeza es una chica como cualquiera.
Pero Camila Partenza, la soberana, se transforma a la hora de convertirse en la pasista más importante de la escuela de samba local. Como corresponde al primer día del lanzamiento de la mega fiesta carioca-puntana, la chica pasó todo el día a las corridas por todo el predio de Potrero. Esa noche tenía más de una preocupación en su mente.

"Cuando estas en el sambódromo no sentis el frio"

"Antes como reina, sólo pensaba en mí, en mi traje, llegaba a horario y listo; en cambio ahora pensás en toda una escuela, en que todas tus alumnas estén lindas,estén bien", dijo a modo de comparación. Es que la bella Camila es una de las capacitadoras de la escuela de samba infantil que tuvo su primera aparición el 21 a la noche.
A pesar de que tuvo que estar lista sobre la hora y maquillarse mientras se cambiaba e, incluso entrar por la pista porque ya no tenía tiempo de ir hasta la parte de atrás para arrancar desde el principio del sambódromo, la profesora quedó satisfecha con sus pequeños alumnos.
"Nos pusimos muy felices porque se vio todo muy bien y la verdad fue un gran esfuerzo porque hace poco que empezamos", resumió. La reina contó que los chicos tuvieron muchos nervios y hasta un poco de miedo. Pero también dijo que estaban muy asombrados y al final consideró que "salieron todos divinos".
Más tarde, esa noche inaugural, vendría su presentación, que fue un poco accidentada. "Tuve algunos problemas con el traje", admitió la reina. Sin embargo todo cambió cuando llegó la hora de salir al sambódromo. "Después ya me puse contenta de ver a tanta gente que vino a vernos".
Para el segundo día, el cansancio era evidente en la mirada de Camila. En parte por los nervios propios de un debut y en parte porque los artistas debieron soportar el frío del viernes con muy poca ropa. Pero la alegría no se había ido. "Cuando estás en el sambódromo no sentís el frío, el problema vino cuando terminamos de desfilar", recordó.
"El primer día siempre es más de nervios y expectativas porque no sabemos con qué nos vamos a encontrar. Ahora estamos también más tranquilos", dijo mientras terminaba de arreglarse en la tarde noche del sábado.
"Hoy estoy mejor y muy emocionada, espero que salga todo bien durante todas estas noches que quedan", dijo Camila en el backstage del sábado.
Partenza es una de las tantas puntanas que vive el carnaval desde adentro: está en el desfile, pero también puede apreciar los pormenores del detrás de escena. Y este año como capacitadora hasta participa de la producción, así que no hay mejores ojos que los suyos para señalar los cambios que tuvo la fiesta desde el año pasado.
"Creo que mejoró mucho la organización. Se vio mucha gente desfilando, cada vez ingresan más personas a la escuela así que eso es muy bueno", opinó la joven.
Como reina, el papel de Camila durante el carnaval fue transmitir alegría al público y el calor de la música brasileña. Claro, con un toque puntano.
Para convencer a quienes vinieron a San Luis de todo el país de que la alegría no es sólo brasileña, la reina se lució en un traje naranja fosforescente con un tocado de plumas amarillas imponente. Esa fue su otra piel, el toque final de la chica que llegó al sambódromo con una remera azul, pantalones caquis, peinada con una cola de caballo con la intención de convertirse en la dueña del carnaval.