Extremo norte del Sambódromo de Potrero de los Funes. En ese sector ya no están los potentes reflectores que hasta hace pocos metros iluminaban como si fueran pequeños soles. A los costados tampoco está el escenario de tribunas repletas. Sin embargo, a los chicos que conforman las murgas y comparsas no les interesa que ya nadie los observe. Bailan con absoluta concentración hasta el último centímetro de la pista. Sólo cuando la presencia de dos policías les indica que la pasada terminó se dan el lujo de "romper la formación" y cantar y abrazarse entre ellos. La pasión y profesionalismo que mantuvieron unos 1.500 vecinos de toda la provincia hasta el último segundo explican por qué se metieron en el bolsillo a los más de 30 mil espectadores que fueron a la segunda noche del Carnaval.
El Gobernador anunció que el 13, 14 y 15 de marzo de 2015 será el próximo Carnaval de Río en San Luis.
“Esto es realmente hermoso y estoy muy emocionada. Si bien hace frío, cuando empezas a bailar todo se olvida”, afirmó Graciela, de la comparsa Oberá de Villa Mercedes. “Es la quinta vez que desfilamos en el Carnaval de Río en Potrero de los Funes. Es mucha la adrenalina que te genera y nos encanta hacer esto”, aseguraron Milagros y Eleana, dos adolescentes que pertenecían a la murga Candombe, también de la segunda ciudad de la provincia.
La alegría de poder desfilar por el imponente sambódromo del circuito internacional era compartida por Ezequiel, de la agrupación Libertad, proveniente de Rosario.
“En mi caso estoy acostumbrado a bailar, pero estar acá es otra cosa”, reconoció.
Las comparsas no sólo desplegaron pasión en sus movimientos. Los vestidos y trajes estaban muy elaborados y algunos incluso regalaban a la vista una intrincada ornamentación que despertaba asombro. Semejante producción era el mejor aperitivo de lo que sería después la pasada de las escolas de samba con su orgía de colores y diseños. Pero la sincronización y la vistosa indumentaria de las murgas representan la materialización de horas y horas de esfuerzo.
“Estuvimos más de tres meses ensayando los pasos, y un mes y medio con la confección de los trajes”, afirmó Lorena, de la comparsa Hamad de Villa Mercedes, quien desfiló por tercera vez consecutiva en el Carnaval de Río en Potrero. Una dedicación aún mayor debieron invertir los integrantes de Candombe, que atravesaron por un período de seis meses de práctica y de elaboración en los trajes para que todo brillara en el Sambódromo.
La vestimenta exhibia diseños para todos los gustos. Las mujeres de la murga de Estrellas Compartidas, del barrio Kennedy, usaban llamativas faldas negras y blancas, mientras que en Hilachitas del sur de San Luis predominaban el blanco y el azul. En la comparsa Las Maravillas, del barrio Zavala Ortiz de San Luis, las chicas, que promediaban los quince años, también se animaban a mostrar plumas en sus atuendos y en el sector masculino danzaban ataviados como soldados del Imperio Romano.
El turno de las escolas
Después del paso de las comparsas barriales en la segunda noche del Carnaval de Potrero de los Funes llegó el turno de las escolas. Los pasistas brasileños volvieron a maravillar con sus movimientos frenéticos, que apenas podían ser seguidos por la vista. La edad no era un límite, y mujeres de más de 40 años girabana toda velocidad sus faldones con forma de campanas y con un diseño de gajos de pelota de fútbol, un símbolo directo del próximo mundial de fútbol en el que los brasileños serán los anfitriones.
"Sierras del Carnaval", la escola conformada por pasistas puntanos, maravilló a todos con su profesionalismo. Su pasada por el Sambódromo fue cerca de la medianoche del sábado. La carroza, un homenaje al Pueblo Puntano de la Independencia, fue imponente y no tiene nada que envidiarle a las que desfilan en Río de Janeiro. Arriba de ellas una decena de muchachas se movían con gran sensualidad. Después fue el turno de la escola de las Culturas Originarias y la fiesta alcanzó su apogeo.
La segunda noche confirmó un Carnaval de Río en San Luis cada vez más vistoso, profesional y atrayente. Una fiesta absoluta a la que asistieron más de 60 mil personas.
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