Por primera vez, los más chicos danzaron en Potrero de los Funes

Los 150 chicos de la escuela de samba "Sierras del Carnaval" hicieron por primera vez su pasada en los festejos del circuito internacional y además fueron los encargados de abrir el camino al resto de las comparsas durante la noche inaugural.

La escuela infantil de samba "Sierras del Carnaval" abrió la pasada en la noche inaugural.

“La edad de los niños es de 4 a 14 años. Ellos son los que hacen la apertura del carnaval. Únicamente participaron el viernes porque es mucho el tiempo de concentración que tienen”, dijo Nazareno Arrieta, coordinador de la escuela infantil "Sierras del Carnaval".

La mayoría son de San Luis, pero también venían de Villa Mercedes y otras localidades del interior. Los pequeños que salieron de la capital se reunieron en la plaza Pringles alrededor de las 15, para arribar a Potrero de los Funes a las 17 y estar listos por la noche. En total, tuvieron más de seis horas de preparativos, junto a sus padres y abuelos.

Resaltaron el plateado, dorado, azul y verde de los trajes emblemáticos que vistieron las niñas, emulando a la tradición brasileña, y que fueron el de Bahiana, el de Rey Momo y el de Colombina, este último de color rojo.

La coordinadora de la escuela infantil de la sede de Villa Mercedes, Marcia Viana, quien llegó desde Brasil a la provincia hace cuatro años y se quedó a vivir, destacó el entusiasmo y la naturalidad que tienen los chicos para sambar.

En la explanada y de cara al Sambódromo, a menos de veinte metros de la carroza principal, mamás y abuelas, en su mayoría, iban de un lado al otro. Los chicos ya vestidos requerían los detalles finales, algún arabesco en la cara, purpurina o cambio en el peinado. Los varones corrían con gorros de arlequines e instrumentos de percusión. De fondo ya resonaba la música al estilo carioca.

En pleno preparativo Micaela Jiménez, de 13 años, esperaba ansiosa el momento de la formación al lado de su abuela Graciela. Iba vestida de bahiana y cada tanto movía los hombros como si sintiese escalofríos. “No es el frío, tiemblo de los nervios”, afirmó la chica con picardía. La abuela, orgullosa, contó que deja que su nieta baile porque es “algo sano” y en su familia es habitual que todos hagan actividades artísticas o deportivas.

Entre las dudas y la espera, Victoria con sus 5 años parecía muy resuelta. “Todavía no sabemos quién sale, porque ésta es la primera vez que venimos”, explicó con seguridad y fue a pararse cerca de la carroza del Pueblo Puntano de la Independencia, para que su mamá la fotografiara.

Algunos niños llevan el baile en la sangre. Nelly es la abuela de una pequeña de 4 años que danza, como lo hace su mamá, en los carnavales de la provincia. “Mi nieta participó en la comparsa de Concarán a principios de año. No se pone nerviosa en lo absoluto, al contrario le gusta y sabe que la va a ver mucha gente”, afirmó Nelly.

“Lo que más me gusta es la carroza de oro, que refleja lo que dice la canción principal de nuestro Carnaval”, dijo Rocío Rodríguez, de 10 años. Vestida de arlequín, en blanco y negro, fue una de las pequeñas que encabezó la comisión del frente con soltura y al ritmo de la batería.

Los adultos coincidieron que en la mezcla de culturas los chicos no solamente aprendieron los pasos africanos y brasileños, si no que de a poco conocen palabras en portugués y la música del país vecino.

Minutos antes de las 21, cuando llegó el momento de la salida y ya todos estaban alineados, el grupo de niños adquirió la postura de quienes practicaron durante meses para una ocasión de celebración y unión multicultural. Una vez en el Sambódromo, danzaron ante un público asombrado que los recibió de pie y con aplausos. Las ganas de los chicos de brindar al Carnaval de Río una de las mejores aperturas en lo que lleva de historia fueron más fuertes que el frío y el cansancio.

Arrieta contó que para el próximo año existe la posibilidad de que participen en más de una noche.