Vecinos del sur de la capital piden que el basurero pase más seguido

En algunos sectores de la  avenida IV Centenario el pasto está por encima del medio metro y las bolsas de basura abundan. A poca distancia del Congreso provincial, las familias reclaman por el descuido que impera en la zona. “Estamos a cincuenta metros de la Legislatura, pero la mugre que hay no se puede creer”, manifestó Luis, uno de los vecinos.  
Afirman que el camión municipal de la basura pasa cada quince días, y no siempre recoge todo lo que hay apilado, como las bolsas negras que el personal de la misma Intendencia dejó luego de limpiar durante el verano el área entre la IV Centenario y la pared que separa el sector del río San Luis. Los desechos están ahí desde diciembre pasado.
Los contenedores que pertenecen a un edificio de cuatro departamentos y los de las viviendas aledañas también son ignorados a la hora de depositar la basura. Por eso, los residuos son arrastrados por el viento o desparramados por los perros. “Me da vergüenza ajena, cuando tengo visitas los llevo a Potrero o Juana Koslay, a que conozcan lo lindo que es San Luis, porque acá no lo pueden apreciar”, dijo Luis, quien vive en la provincia desde hace 14 años.
Entre las calles Ascasubi y Arturo Capdevila, la falta de recolección no es el único inconveniente. También el desmalezado y el alumbrado son deficientes.
“Hay tanto yuyo que esto es tierra de nadie. Me preocupo por las nenas que pasan por acá y por la gente que puede ser víctima de un  robo”, señaló Luis, quien incluso colocó herbicida en el terreno lindero a su casa. Además,  señaló  que no es poco común que los propios vecinos se tomen la molestia de realizar la limpieza.
“Ni los municipales ni los de Inclusión volvieron desde enero. Por acá siempre pasan turistas y da feo aspecto”, agregó.
El descuido de las áreas verdes afecta a los que acostumbran a correr o pasear en bicicleta, quienes  evitan pasar por la ciclovía, entre el Parque IV Centenario y la avenida del mismo nombre.
Los reclamos telefónicos al Municipio resultaron fallidos. Los vecinos indicaron que el único  funcionario que los atendió les dijo que iría en los próximos días. Todavía lo esperan.

Lo que dejó la lluvia
Por el rápido crecimiento inmobiliario de la zona cercana a la Legislatura, hay casas nuevas, jardines cuidados y carteles de loteo en varios terrenos. Sin embargo, la calle Arturo Capdevila parece un barranco. El agua de lluvia que baja y toma la pendiente natural arrastra arena y escombros. Esto provoca que la avenida IV Centenario quede cortada por la mitad y la circulación de los vehículos no sea fluida. También erosiona la esquina en que ambas vías se interceptan y que es de tierra. Luis señaló que allí se había formado un pozo de un metro ochenta de profundidad que dejaba al descubierto los caños de las cloacas. La solución, parcial y aportada por los mismos vecinos, fue rellenar como pudieron ese hueco.  
Luis dijo que como la Capdevila es una opción que comunica directamente con el barrio El Hornero sería de mucha utilidad que estuviera en buenas condiciones.   La Ascasubi concentra la mayor cantidad de automóviles, cuyos conductores evitan pasar por la calle paralela, que está en mal estado.