Si una persona mira al cielo, además de contemplarlo podrá ver cómo lo están cuidando: el Estado adquirió drones para recorrer zonas de incendios y determinar la gravedad de un foco, además de reconocer áreas investigadas por la Policía o verificar aglutinaciones de personas, como en una manifestación o en un estadio de fútbol. De esta manera, la tecnología ayudará a la labor de las fuerzas de seguridad o los bomberos.
Por ahora esta plataforma de avanzada dará un alivio al personal de los programas San Luis Solidario, Innovación Tecnológica y de la Policía de la Provincia, a través del Grupo COAR y del grupo informático del Departamento Operaciones.
Hasta el momento surcaron el cielo en el Dakar y el Carnaval en Potrero de los Funes, en el Turismo Nacional, en operativos de Seguridad Vial, distintas tareas policiales de las fuerzas especiales y próximamente San Luis Solidario los utilizará para el monitoreo de focos ígneos.
“Es una tecnología muy experimental, como soporte es interesante y la práctica nos dirá si servirá o no. Aún no pudimos utilizarlo en campo pero será un elemento que ayudará en la operación, planificación y toma de decisiones en allanamientos, custodias y reconocimientos de lugares”, opinó el jefe del COAR, Marcelo Flores Morán.
Además, el comisario consideró que “habrá que acumular experiencia en el uso y tener cuidado con la manipulación del elemento porque son caros”. Cuatro personas de esa división están abocadas a aprender cómo funciona.
El jefe del área Emergencia de San Luis Solidario, Adrián Heredia, dijo que “jamás se imaginó que iban a contar con tecnología de esa naturaleza” para ayudarlos. Explicó que ya realizaron un par de imágenes y que la próxima semana tienen previsto realizar una quema controlada de pastizales en un campo del Departamento San Martín. “Es una buena herramienta para la búsqueda de personas extraviadas en las montañas y para reconocer los incendios, ahora que en junio comienza la temporada de alerta”, comentó.
“Son multipropósito, el Estado lo va a utilizar para San Luis Solidario, la Policía, la prevención y espectáculos. Al fabricarlos, la compañía puede realizar las plataformas para las distintas novedades. Algunos de nuestros clientes optan por las monoalas volantes, parecidos a aviones. Tienen la misma electrónica pero son capaces de tener autonomía de vuelo más larga y cubrir radios más extensos”, explicó Gustavo Aguilar, de “Cóndor Mendoza”, la compañía que los fabrica.
El empresario reconoció que ellos mismos construyen sus objetos y tienen buena demanda en organismos públicos y estatales. Eso sí, la funcionalidad depende para qué lo necesita el cliente y aclaró que los gobiernos prefieren un modelo que sea versátil, es decir, un diseño que les permita utilizarlos de diferentes maneras.
“Los drones graban las filmaciones en HD y también transmiten en video sonda on-line lo que están viendo. A 200 metros de un lugar, vos podés estar viendo lo que sucede”, manifestó el apoderado.
La firma comenzó el estudio sobre este tema hace cuatro años y está compuesta por dos dueños: Gustavo Aguilar y Enrique Ruiz. “Nos dedicamos al desarrollo de plataformas volantes, eso incluye a los drones y dentro de esa categoría están los cuadricópteros, hexacópteros o multicópteros de ocho motores”, ilustró Aguilar sobre la diversidad de aparatos.
El comerciante mendocino agregó que en el resto del mundo se utilizan para fumigar en lugares a los que no pueden acceder los aviones.
“Hay cuestiones que son secreto de Estado pero hay algunos que los quieren para realizar inteligencia criminal. Hemos alquilado en Chile, San Rafael y la ciudad de Mendoza. Algunos gobiernos los necesitan para tomar imágenes aéreas para propagandas o publicidades”, dijo.
Todas las piezas las realizan en Mendoza, salvo la electrónica. Aguilar manifestó que eso no sólo le pasa a ellos, “sino también a Estados Unidos si quiere armar una pieza con chip Motorola”.
Si bien las importaciones han sido un escollo ya que le trabaron piezas en la Aduana, por suerte los empresarios la pudieron reemplazar por componentes locales. Aunque les atrasen el trabajo unos 10 días y los obliguen a realizar piezas exteriores, llamadas “frame”, que deben encajar milimétricamente.
Sobre suelo puntano
El Gobierno compró dos drones, de la categoría de hexacópteros, y que cuestan entre 5 y 15 mil dólares. El monto varía de acuerdo a la tecnología con que se los equipe.
Los aparatos son robots voladores provistos con cámaras de seguridad al que se le agregará otra más con zoom, con movimiento independiente del drone, y que podrán ser dirigidas desde la tierra. Hasta son capaces de viajar a 120 kilómetros por hora aunque la batería se agota rápido y son comandados con una computadora. Se puede volar hasta unos 20 minutos sin recargar la batería.
“Cuando vos tenés que hacer rutinas, te permite realizar todo en piloto automático, puede despegar, aterrizar, realizar misiones a distintas alturas y distancias que se pueden programar con una tablet o un celular. Pero si necesitás cosas especiales, como ir al centro de una manifestación, al que se puede seleccionar a través de coordenadas, o ingresarlo al patio de una vivienda para ver si hay algún delincuente, ahí lo podés dirigir con radio control”, sostuvo Aguilar.
Como todo invento tecnológico el peso importa pero en estos aparatos eso es relativo ya que depende de las cámaras que se le monten a la estructura o la capacidad para acarrear cargamentos con que se lo dote porque están preparados para transportar un botiquín de primeros auxilios por ejemplo, o botellas de agua para rescatistas.
El especialista dijo que son aparatos para nada caros, pero aclaró que no son juguetes. Hay de 145 dólares hasta 166 mil dólares, como los utilizados por las Fuerzas Especiales de Estados Unidos.
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