Estudiantes, sufrió, ganó, se salvó y sigue en carrera

Estaba escrito de antemano que sería un partido vibrante, emotivo y dramático. Y así fue. La finalísima entre Sportivo Estudiantes y Juventud Antoniana fue un parto de 105 minutos, que terminó en festejo sanluiseño porque el Verde ganó 3 a 2. Con el triunfo no sólo zafó del descenso, sino que además clasificó a la próxima fase del Argentino A de AFA.
El duelo se disputó en el Coliseo estudiantil, ante seis mil almas que primero gozaron, después padecieron y terminaron sufriendo, con los ojos clavados en el reloj.
El partido era una final a todo o nada, el que perdía podía irse al descenso o quedar en las puertas de un desempate como última instancia para huir del abismo.
Puntanos y salteños se jugaban mucho. Por eso, en gran parte del juego, los veintidós protagonistas fueron un manojo de nervios. No hubo un fútbol de alto vuelo, sí mucha entrega y ganas de revertir la historia de cada equipo. 
En el arranque, empujado por su gente, Estudiantes se mostró mejor parado y tuvo la pelota mucho más que un Antoniana muy tibio y dubitativo. El Verde vio que el negocio estaba por el carril zurdo y por allí recostó su juego. Daniel Garro hizo un surco de tanto ir y venir. De sus incursiones en ataque llegaron las jugadas más peligrosas del local. Arriba, Cura aguantó todo y Moreira Aldana buscó a lo ancho del frente de ataque.
Omar Gallardo, en la zona media, le ganó el mano a mano a Gustavo Ortiz. El "Indio" jugó una final personal y en cada pelota dejó la piel. Ese despliegue facilitó las cosas a la última línea Verde, que mostró solidez ante cada inclusión salteña.
Cuando el reloj marcó los 28 minutos, el "Negro" Garro ejecutó un tiro de esquina. En el primer palo la peinó Gastón Stang y el paraguayo Moreira Aldana le ganó a todos para mandarla a la red y decretar el 1 a 0.
La ventaja le dio calma a los puntanos. No sólo a los que estaban dentro de la cancha. También a los que alentaban en la popular y la platea.
Una hora para el infarto
En el complemento Antoniana salió a jugar unos metros más adelante y tuvo otra actitud. Pero a los 2' Ezequiel Palacio vio la roja. A pesar de contar con la ventaja numérica, Estudiantes retrocedió unos metros y Garro ni Mario Vallejo treparon por las bancas como antes.
A los 19' una falta de Facundo Quiroga derivó en su expulsión y tras un tiro libre en la jugada posterior Antoniana casi empata. Un  cabezazo de Marcos Litre fue desviado a medias por Brasca y su palo derecho lo ayudó. El balón dio en el poste y salió. Fue un aviso.
El DT Cuadrado había mandado a Badaracco al campo. Y el cambio le salió bien porque tras una buena jugada colectiva el delantero estampó el empate que enmudeció al Coliseo. Iban 31 minutos. 
Para peor, en Salta, Central Norte le ganaba a Chaco For Ever y las matemáticas mandaban a Estudiantes a jugar un desempate con el "Albinegro" salteño. La tensión se podía palpar, cada hincha sufría en silencio e imaginar otro gol de la "Juve" norteña los hacía llorar.
Pero Estudiantes tiene un corazón aparte, absorbe fuerzas de donde no hay y sacó a relucir esa fortaleza que lo caracteriza. Nico Gatto había entrado por el incansable Cura y a los 42 minutos, cuando el partido se iba, al "9" le quedó una pelota en el área, la aguantó y de zurda estampó el 2 a 1 para encender el festejo local.
Los hinchas volvían a respirar y el trámite seguía abierto. Por eso a los 44 minutos, Moreira Aldana mostró por qué es titular indiscutido: peleó una pelota perdida en el área, encaró y su tiro dio en el arquero Maino. El rebote le quedó a Sergio Viturro para meter el 3 a 1. Delirio total en el Coliseo.
Muchos pensaron que era historia liquidada, pero no. El dramatismo siguió porque, al minuto, una pelota que nadie despejó en el área le quedó a Domené para que clavara el 3 a 2. El reloj marcaba 45 minutos.  Otra vez a sufrir.
Cuando Alejandro Arco estaba a punto de cerrar un buen arbitraje cobró dos tiros libres polémicos en favor de la visita. Hubo protestas, tumultos e hinchas arriba del alambrado. Por eso, el juez mendocino adicionó 15 minutos en dos cuotas y el suplicio de los hinchas Verdes se extendió. Pero por fin llegó el final y el festejo puntano se desató. Fue un adiós al descenso y una bienvenida a la clasificación.