Esperan el viaje con muchas expectativas

Luis Ojeda fue el veterano más consultado por la prensa sobre quiénes serán los primeros 20 que viajarán a Malvinas y cuándo lo harán: “Todavía no lo hemos decidido, además el clima ahora no es muy propicio. Queremos buscar una fecha en la que podamos aprovechar bien los días que nos toque estar, porque las distancias dentro de las islas son muy extensas también”.
El presidente de la Agrupación 2 de abril, señaló que éste “es un reconocimiento de la provincia para aquellos que han trabajado tanto por el proyecto primero y la aprobación de la ley después. Por eso, debemos ser justos con quienes serán los primeros en viajar, aunque está previsto que lo puedan hacer todos, porque esa es la idea del Gobernador”. Y se emocionó hasta las lágrimas porque reconoció que el de ayer no fue un 2 de abril más: “Hoy fue un día soñado, no sólo por nosotros, sino por las familias de los caídos y por aquellos que se suicidaron”.
José Luis Coria, abanderado de los continentales, explicó que “lo más importante no es quién va primero o segundo, sino que nuestros camaradas visiten a los otros que quedaron custodiando las islas”. Y dijo que si le tocara viajar le gustaría “ver a todos los que quedaron y pedirle a Dios por sus almas, que las tenga en su santa gloria. Porque fueron los que hoy están en el recuerdo de todos por haber caído en el combate”.
Néstor Laveglia, un ex combatiente que hoy vive en El Volcán, recordó que aún tiene la pistola 9 milímetros que llevó a Malvinas y que los ingleses no pudieron quitarle a pesar de someterlo a innumerables controles en el transatlántico Northland que lo llevó desde las islas hasta el continente. Sobre la decisión del Gobernador señaló que “en octubre del año pasado nos hizo la propuesta y le tomamos la palabra. Y como es normal que el Gobierno de San Luis cumpla, cuando lo vi firmar el decreto sentí que el corazón se me salía del pecho”.
Alejandro Príncipe, otro que estuvo en combate y que ahora recorre las escuelas de la provincia para concientizar a las nuevas generaciones sobre lo que fue la Gesta de Malvinas, contó que “el sueño de todo veterano de guerra que pisó esas islas es volver. Porque es una forma de cerrar la historia personal de cada uno. Hace 30 años que lucho, por nuestros derechos por eso, uno no deja nunca la causa de Malvinas. Siempre pienso en volver y visitar las cruces de los compañeros que se quedaron allá”.
Confesó que por ser puntano por adopción no cree que pueda viajar: “Pero la felicidad que tengo de que mis compañeros de San Luis puedan hacerlo es enorme”.
Y contó que uno de sus camaradas de compañía, "el colorado Loyana de Lanús, escondió una botella en un rincón que todos ya conocemos, donde están escritos en un papel nuestros nombres. Y ahora cada uno que llega tiene que firmarlo para dejarlo de recuerdo. Por supuesto que los kelpers no lo saben".