Un engorde eficiente con 7.000 novillos en San Luis

Producir carne en feedlot durante todo el año de manera eficiente en San Luis, en una escala mediana a grande, no es para cualquiera. Carlos Acevedo es un conocido abogado de San Luis pero también un importante jugador en la provincia en la producción bovina y contó a Revista El Campo los secretos en el manejo de un establecimiento que mantiene 7.000 cabezas permanentes en engorde.

Acevedo actualmente produce una pequeña cantidad de MEJ para un grupo de carnicerías selectas de San Luis que aprecian esta carne.

El feedlot Nicanor está en Las Barranquitas, 20 kilómetros al este de San Luis capital, y se destaca por incorporar a los corrales animales chicos, de hasta 100 kilos, cuya recría, engorde y terminación se realiza con estrictas dietas a base de silo de maíz, burlanda, probióticos y maíz quebrado. Empezó a hacer Macho Entero Joven (MEJ) hace siete años para Quickfood en Villa Mercedes: “Al animal no castrado le sobran hormonas para generar músculo. Nunca vas a encontrar un MEJ con grasa, que sólo la genera si le das una altísima dosis de energía  después de los 400 kilos de peso”.
Si se lo engorda hasta los 460-480 kilos sin cuotas elevadas de energía, ese animal formará más carcasa, mejor ojo de bife y una conversión de alimento 20% superior al de un macho castrado: “El insumo que le das de comer en cantidad es 10 por ciento menor;  come menos cantidad y aumenta más de peso”.
Hoy el MEJ lo hace nada más que Quickfood, ya que es un animal que por su peso sólo sirve para exportar y con el valor del dólar nadie lo hace. Sin embargo, ese frigorífico prepara todo para 2015, pensando en una mayor apertura a los mercados externos cuando cambie el gobierno, según comentó.
Acevedo actualmente produce una pequeña cantidad de MEJ para un grupo de carnicerías selectas de San Luis que aprecian esta carne: “No quieren otra cosa porque tenés tres puntos más en la conversión de alimentos, es decir que el rinde se va de 59 a 62%; tenés grasa grado uno, apenas intercostal”.
Créase o no, dijo, la carne es más rosada, es muy buena como parrillera. El precio es diferente, pero que sólo se da si hay exportación, ya que su peso va de 420 a 520 kilos.
El consumo interno absorbe animales de bajo peso, pero para pasar al MEJ requiere un cambio de actitud, no del consumidor, que jamás notará la diferencia, sino exclusivamente del frigorífico, aseguró.
El feedlot de Nicanor ocupa cuatro hectáreas. Cultiva maíz para alimento y hace negocios con terceros que los producen: la planta entera picada se almacena en silos bunker con capacidad para 45 mil toneladas en total.
Esto le permite darle de comer a siete mil animales durante todo el año. El 85% de alimentación es silo de maíz.
La dieta también contempla burlanda de maíz; le dan proteína pura, que la obtiene desde la planta de Bío 4, en Río Cuarto, la primera planta de bioetanol del país y Acevedo su primer cliente desde hace dos años.
Pero en pocas semanas comenzará a producir la industria de Efraín Suchet, en la Zona de Actividades Logísticas  (ZAL) de Villa Mercedes, y allí comprará ahora la burlanda, con lo que se ahorrará 120 kilómetros, una baja de entre 12 y 15% sobre el valor total del alimento, que en el año es mucho.
La burlanda se usa en Estados Unidos hace diez años y en Argentina se ve demorada: "En un año o dos, ningún profesional puede dejar de usarla en el país. Tiene la contra que si no estás cerca de una planta de etanol es inviable, como lo comprobaron engordes ubicados en la provincia de Mendoza, que están a 500 kilómetros de Villa Mercedes, con lo que el valor de la burlanda alcanza un costo cuyo 80% es costo de flete".
El engordador explicó que el problema de este producto es que el 32% es sólido y el resto es agua y por ello el costo del flete es tan alto. Sumado a que nadie vende menos de una batea, que pesan 18 toneladas, con lo que hay que tener en el feedlot un volumen que permita almacenar  esta cantidad y que los animales la consuman en cinco días.
La burlanda tiene un 30% más de energía que el maíz y altísima proteína.
Pero en Nicanor también proporcionan la dieta “proteína protegida” que antes venía de Estados Unidos y muy cara y que desde hace un año la provee un grupo de profesionales que montó una planta en Venado Tuerto. Este producto, el animal lo absorbe en tres horas.
 Luego, al no tener proteína en el rumen, hace que el nivel del PH disminuya. Cuando no se estabiliza el PH, las bacterias que trabajan en el rumen y que son las responsables del 80% de lo que pasa en el estómago, no hacen su proceso.
Este producto estabiliza el rumen, quita el riesgo de que el animal consuma mucha urea de golpe y muera y aumente el nivel de bacterias anaeróbicas, que trabajan favorablemente para el rumen. Esto hace aumentar hasta un 40% la cantidad de bacterias.
En síntesis, aumentar el trabajo ruminal, lo mejora y estabiliza.
Desde hace dos años Acevedo trabaja con probióticos, que son levaduras vivas con muchos efectos benéficos: "Hoy se ha puesto de moda el tanino y que tiene un  costo del 1,5 a 2% del valor de la ración. Si aumenta el 2% el valor de la ración y la conversión 1,8%, hay seis puntos de ganancia".
Todavía el tanino tiene poca difusión. En Estados Unidos empezó bien, en México se ha impuesto, en Brasil han empezado a trabajarlo y en Argentina suena como una novedad cuando hace cinco años que se lo usa.
La otra fuente de tanino que es importante está en el sorgo BMR que, picado y ensilado, proporciona una buena calidad de tanino sin costo: "Lo  difícil es conseguir una buena producción de sorgo y tener un buen silo, porque el sorgo no es para cualquiera, ya que debe estar bien craqueado para que sea digestible".
Un producto con tanino concentrado lo usó Acevedo hace dos años y lo dejó hasta no ver resultados técnicos, que ahora se están dando. Lo daban a un 0,3%.
Este producto también baja en un tercio la emisión de gases de efecto invernadero que produce el bosteo de los novillos. Por esa razón cree que esta tecnología terminará adoptándose por una cuestión de beneficio ambiental.

Para Acevedo, la bosta que se junta en los corrales del feedlot es oro en polvo: "Con cinco mil kilos de materia orgánica por hectárea, no necesitás fertilizante químico".
Los animales tiene un bosteo diario que alcanza para fertilizar unas 300 hectáreas por año. Se lo junta y se lo deja compostar unos seis meses, se lo tira al lote y se pasa una niveladora que deja una capa de entre 5 y 7 centímetros, que se degrada durante tres meses y queda incorporado a la tierra; luego llega la siembra.
Un estudio de la Universidad de Buenos Aires dio como resultado una serie de beneficios por los aportes minerales de este desecho, muy superiores a los incorporados químicamente, señaló el productor.
El último verano, Nicanor tuvo un movimiento de mil camiones para mover 45 mil toneladas de materia verde y bosta de los corrales. Esto último se hace durante dos meses con una pala y dos camiones batea, que vuelcan en una línea de hasta un metro de altura directamente en el lote donde se desparramará.
En la terminación, el animal consume burlanda y maíz quebrado hasta los 420 kilos. En la etapa de recría, hasta llevarlos a los 220 kilos, hacen músculo y carcasa y luego otra etapa de engorde hasta los 320 kilos.
La terminación dura 45 días con energía, con lo cual se consigue que el animal no tenga un gramo de grasa intercostal: "Nunca pasamos de 2,85 de megacalorías por kilo de materia seca durante la etapa de recría, hasta los 320 kilos".
Este esquema de trabajo sólo se puede hacer bajo determinadas condiciones, como tener en los cinco kilómetros a la redonda del feedlot productores que hagan maíz, porque a más de diez kilómetros traer cuatro mil camiones con maíz picado, el negocio deja de existir.
Pero el productor también recomienda trabajar profundo: "Hay que saber qué pasa dentro del rumen del novillo y si sos eficiente dentro de él no perdés plata. Si no sabés cuáles son los procesos químicos que ocurren en el rumen, las posibilidades de perder plata son exponenciales".
Explicó que esto ocurre cuando le dan a un ternero más proteína de la que necesita. El 80% de lo que el animal come sólo pasa al estómago si las bacterias lo degradan. Éstas trabajan a través de las papilas ruminales, por donde van absorbiendo la comida: "La cuestión es sabér qué le estás dando y para qué. No es lo mismo darle proteína a un ternero que a un novillo, porque a uno le hace falta y a otro no". 

Hilo y carne de alpaca
Después de cosechar el maíz, Acevedo siembra verdeos de invierno que sirven para alimentar un plantel de 200 madres de alpaca, destinadas a la producción de hilo para alta costura y carne para exportar.
El objetivo es llegar a mil hembras y cuando esto suceda, entrará en los mercados de la carne de este camélido, uno nacional y otro en los países árabes, cuya demanda es ya, pero en contenedores, que para llenarlos hay que cargar dos mil kilos en cada uno.
Para llegar a esta producción se asoció con Carlos Poplavsky, un cabañero de Los Membrillos, en el departamento Pringles.
El pelo de la alpaca tiene un valor altísimo y los grandes compradores están en Holanda, reveló y adelantó que ahora pararán una hilandería por dos días para probar la calidad del hilo de la alpaca propia con cinco colores básicos por ahora: "El que usó una prenda de alpaca sabe de qué estoy hablando, pero es un producto top. Estuve el año pasado en Perú viendo todo este mercado. Y el precio que tiene toda la ropa de alpaca es muy elevado. Es una ropa cálida o muy fría, dependiendo de la estación".