Dicen que la capacidad de los cementerios públicos es escasa

Sin importar la raza, la religión o el sexo, hay una condición de la existencia humana que los une a todos: la muerte, que se está quedando sin sitio en los dos cementerios municipales con los que cuenta la ciudad. Uno ya no tiene más espacio para nuevos ingresos y el otro apenas posee unas 42 parcelas disponibles. La autoridad competente en el tema, el director de Cementerios Municipales, José Bressano, opinó acerca de un debate ineludible que se deben los puntanos: el destino de las sepulturas.

Las ciudades de Juana Koslay y La Punta carecen de cementerios públicos.

“Trabajamos con un promedio de 500 inhumaciones anuales, eso es lo que estamos manejando en el área. Un 95 por ciento ingresa al Cementerio del Rosario, que está operativo para lo que ya está estipulado. Quedan algunos espacios para aprovechar, pero no mucho. Una vez que se llene todo habrá que pensar que siga funcionando solamente para aquellas personas que ya tienen mausoleo, pero no nuevas parcelas.  Digamos que ya estaríamos llegando al límite”, afirmó Bressano.

El camposanto, conocido como “de los pobres” y ubicado sobre la calle Santa Fe, tiene casi tres hectáreas de extensión y en él figuran 8.700 padrones de mausoleos y galerías, de los cuales cada uno puede albergar los restos de seis fallecidos.

El otro 5 por ciento de las defunciones registradas va al San José, que está en peores condiciones si se cuenta el espacio disponible. Allí sólo quedan depositados los restos de quienes ya contaban con un panteón. Con apenas media hectárea el “cementerio de los ricos” posee 1.700 padrones.

Bressano expresó que “no hay comparación en cuestión de extensión. El San José ya no tiene más capacidad. Lo que ya está en funcionamiento es lo que hay, es decir que no va a haber un aumento de lugares disponibles. Todo el servicio se reduce a las familias que lo usan ahora. Una gran parte de ellas han optado por llevar a sus seres queridos fallecidos a un crematorio”. 

Entre los dos cementerios hay alojados alrededor de veinte mil difuntos.

Además, el jefe de la Dirección de Cementerios Municipales aclaró que la necrópolis de la calle Balcarce fue declarada patrimonio histórico y cultural de San Luis hace unos cuatro años y por lo mismo ya no puede sufrir ningún tipo de modificación, a excepción del mantenimiento y la restauración. “Pertenece a la usanza de las familias de la sociedad puntana antigua. Digamos que ha quedado prácticamente más como un museo, aunque aún cumple la función de cementerio con unaacotada actividad”, señaló.

El desborde de los camposantos comunales responde a la falta de políticas públicas sobre el destino final de los restos de los habitantes de la ciudad. La legislación que regula la actividad data de 1978, más de tres décadas pasaron sin que se tuviera en cuenta el factor de la explosión demográfica que San Luis vive desde la promoción industrial. Igualmente, la fundación de ciudades aledañas contribuyó al desborde de la capacidad prevista por las gestiones municipales. Bressano indicó que a la demanda puntana se debe sumar la de Juana Koslay y de La Punta, que no tienen cementerio público. “Estamos siendo solidarios con los casos de estas dos ciudades. Lo de Juana Koslay es entendible porque no tienen mucho espacio, pero en el caso de La Punta sería muy interesante que abrieran uno propio porque uno sabe que tienen mucho terreno libre.  Así que también estamos supliendo las necesidades de estos dos municipios vecinos”, contó.

Según el funcionario la apertura de un tercer cementerio municipal es inminente. Sin embargo todavía no hay un proyecto concreto que sustente esta idea. “Está previsto, es lógico que en los próximos años se tome esa decisión, ya que si bien actualmente están operativos los cementerios, cada vez son más los espacios solicitados y nos va a llevar evidentemente a generar una nueva estructura. Se ha charlado mucho y puntualmente falta que se decida”, dijo. Los organismos competentes que deben decidir al respecto son el Municipio y el Concejo Deliberante.

El espacio disponible

La capacidad operativa del único cementerio público que recibe nuevos ingresos, el del Rosario, casi llegó a su límite. Hasta el 2008 los entierros eran de un solo nivel, de allí en más un mismo terreno fue dividido en tres capas. En el Municipio dijeron que tuvieron que triplicar la capacidad de esa manera, “pero es algo poco grato”. “Dimos 42 parcelas, cada una es de 1,15 por 2,70, donde las personas pueden construir cinco nichos y a partir de la semana que viene estamos entregando 42 más. Con eso prácticamente cubrimos la demanda de los vecinos que solicitan tierra, pero después no hay más para entregar, queda muy poco”, aseveró Bressano.

Como solución a futuro el director de Cementerios Municipales opinó que la práctica de la cremación es la opción más razonable, tanto “por cuestiones de salubridad, como de espacio y de costos, pero en nuestra cultura lo usual es la sepultura. Claro que hay países como Japón en que los cementerios prácticamente no existen, por el espacio físico del cual disponen.”

"Derecho de uso"

El "derecho de uso" consiste en el tiempo que una familia puede poseer una parcela o nicho dentro de un cementerio, sin necesidad de hacer ningún tipo de renovación.

El plazo estipulado en los mausoleos públicos es de unos 37 años, luego de ese tiempo si fueron abandonados la Municipalidad puede reducir los restos óseos.

Para los cajones en tierra el período es considerablemente menor y va de los 5 a los 7 años. Estos suelen ser ocupados por difuntos de bajos recursos o sin identificar. Bressano narró que días atrás un ciudadano de origen belga falleció en la ciudad y al no poder dar con sus familiares la Justicia ordenó que fuera alojado en el camposanto del Rosario.

“Después de esa cantidad de años los restos son alojados dentro de bolsas con precintos, que están identificadas, en la fosa común denominada osario. Cada cementerio tiene el suyo, es una habitación en un subsuelo. Si luego no son reclamados se procede a una cremación, según el espacio que haya disponible”, explicó Bressano.

Las visitas

En la Comuna indicaron que el cuidado que los vivos brindan a sus familiares fallecidos es poco constante. Muchas de las tumbas muestran un avanzado estado de abandono y las nuevas generaciones a veces dejan de visitar a sus antepasados. Bressano dijo: “Muchas veces las personas directamente le pagan a alguien para que limpie la tumba”. Otros efectúan traslados a parques privados.

De los más de 10 mil mausoleos del San José y del Rosario solamente el 55 por ciento paga el impuesto mensual, que va de los 26 a los 30 pesos y suele saldarse a principio o final de año. El funcionario señaló que desde el 2008 en los archivos del Concejo Deliberante duerme un anteproyecto de ordenanza “a la espera de que los concejales voten la expropiación de las estructuras abandonadas”. De ser aprobado el Gobierno municipal deberá hacer un relevamiento técnico, con un ingeniero, para conocer el estado de la estructura. Pero también hacer una evaluación  administrativa si hay falta de pago.

El cementerio San José, por sus cualidades arquitectónicas y su rica historia, puede correr un destino similar al de la Recoleta (en la ciudad de Buenos Aires) y convertirse en objeto de recorridos turísticos.  Incluso actualmente ya es visitado por algunos de los contingentes que arriban a la ciudad.

“En lo que va de mi gestión varios grupos de productores han filmado escenas para cuatro películas en los dos cementerios”, recordó.