Enzo Pérez, el cuyano de la Selección

Alejandro Sabella mira el banco de suplentes y llama a Enzo Pérez, el mediocampista del Benfica de Portugal, para reemplazar a Ángel D María, lesionado.

En la zona mixta del estado “Mané Garrincha”, Enzo paró y dialogó con El Diario de la República.

Van 32 minutos. Se para como volante derecho para detener el envión belga y para jugar cuando tenga la pelota. “Pedila y administra el juego”, le había dicho Sabella, casi hablándole exclusivamente a él en la práctica pos Suiza, la que presenciamos en Cidade Do Galo, quizás como una premonición del DT de su pronta participación.

En la zona mixta del estado “Mané Garrincha”, Enzo paró y dialogó con El Diario de la República.

“El equipo demostró un crecimiento, ojala el partido siguiente también podamos seguir creciendo”. Simple y directo, empezó el mendocino su relato.

Hasta que aflora Cuyo y se afloja, recuerda y cuenta. “Estoy orgulloso de ser mendocino, y agradezco a todos quienes me formaron no solo como futbolista, también como persona. No me olvido de los pasos que fui dando, desde los primeros en Godoy Cruz. Sólo tengo palabras de agradecimiento, para Godoy Cruz, Estudiantes de La Plata y Maipú; todos son partícipes de este momento”, dijo Enzo, el cuarto mendocino en jugar un Mundial, quien con 28 años ya hace seis que juega en la Selección. Debutó el 30 de septiembre en la victoria 2-0 ante Ghana.

Sobre el cambio, dijo: “Me agarró el nerviosismo, la ansiedad, pero estoy contento, lo esperaba, tenía ansiedad de jugar”.

Pérez no se permite poner la cabeza en saber si jugará en semifinales: “Solamente quiero entrenar, verme bien y después el técnico dispondrá”.

El mendocino resaltó que pese a hacer “mucho que no jugaba en esa posición (por derecha, normalmente lo hace como volante central), fue importante el conocimiento que el técnico tiene sobre mi funcionalidad y la confianza que me dio”.

Enzo Pérez… ¿será el “Negro” Enrique del Mundial ´86?