Luca Senatore pasó con éxito la primera fase del tratamiento

A Luca Senatore, el pequeño de 9 años que padece un cáncer denominado linfoma de Hodgkin, le realizaron ayer un análisis fundamental para saber cómo continuará su tratamiento. “Le practicaron un estudio denominado tomografía por emisión de positrones, que en inglés se abrevia PET, que sirve para hacer la revalidación de la enfermedad. Es un estudio muy importante que va a servirnos para saber dónde estamos parados”, contó su padre, Marcelo Senatore, desde la clínica donde está internado en Buenos Aires. Aunque con la mitad de la terapia ya se logró controlar el avance del cáncer  y que sus ganglios se desinflamen.
El PET es una tomografía con contraste que permite marcar la actividad celular maligna dentro del cuerpo, que en este caso es un linfocito granular que le ataca sus ganglios, los órganos que generan las defensas en el organismo humano. Senatore explicó que ya transcurrió la mitad del  tratamiento con quimioterapia, “y ahora tenemos que revalidar para saber si la droga cumplió con el objetivo. Un detalle importante es que la inflamación que tenía en los ganglios (a la altura del cuello) ya no la tiene y eso nos da confianza. Todavía no podemos decir que se curó ni nada por el estilo, pero éste es uno de los análisis más importantes desde que comenzó la internación para saber si ese ganglio ya cambió el chip”.
Explicó que hasta hoy se cumple con el cronograma como estaba previsto y al pie de la letra: “Con este resultado sabremos si el tratamiento hay que continuarlo de la misma manera, si hay que sumarle terapia de rayos, a lo mejor deben suministrarle otra droga o bien podría ser que no sea necesario continuarlo”, destacó. Y agregó que éste fue el mismo estudio que les confirmó el diagnóstico de cáncer.  
El padre del pequeño recordó que, “en las tomografías anteriores no se detectó masa tumoral, aunque esto no quiere decir que el cáncer haya desaparecido. La medicación lo que hace es achicarlo, controlarlo. Ahora lo que vamos a saber es si también le quitó la actividad celular, que es lo importante. Porque el paso del tiempo es lo que hace crecer el tumor maligno, que hoy no sucede por los efectos de la quimioterapia”. 
Marcelo contó que mientras hablaba con El Diario de la República, su hijo esperaba inmóvil dentro del tomógrafo que el Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas (Cemic) tiene en el primer subsuelo de su edificio, ubicado en Capital Federal. “Los resultados los vamos a tener el lunes que viene, por eso esta semana será más tranquila para Luca, aunque nos genera mucha ansiedad saber qué valores tendrá el estudio”, confesó.
La familia Senatore-Del Cerro partió a Buenos Aires el martes 13 de mayo para que su hijo pueda realizar el tratamiento con los especialistas del Cemic, aunque durante una semana y media pudieron regresar de manera “secreta” a San Luis para que el pequeño de 9 años retomara el contacto con su hogar. “Los médicos lo vieron muy bien, por eso le propusimos hacer un viaje relámpago a casa para levantarle un poco el ánimo. El arreglo fue que podíamos viajar pero que nadie lo podía visitar, y así lo hicimos. A Luca le vino muy bien porque acá lo notábamos ojeroso y medio bajoneado, pero cuando llegó a San Luis le cambió la cara, le volvieron los colores y se puso muy contento”.
Aclaró que durante esos 10 días hizo lo mismo que en Buenos Aires: “Estuvo encerrado en su pieza porque como está con las defensas bajas nadie lo puede saludar y mucho menos andar tomando frío en el patio. Pero ver su casa otra vez, sus cosas, sentir su aire y volver a mirar por la ventana de su habitación le hizo muy bien. Tanto que apenas regresamos lo primero que le preguntó al médico fue cuándo podía volver a casa”.
Ahora seguirá con la medicación indicada porque según Senatore, “el organismo de Luca funciona con total normalidad".