La Municipalidad de San Luis enfrenta una nueva polémica alrededor de sus cuentas. Ahora, la turbidez salpica la compra del terreno para establecer la nueva planta de tratamiento de efluentes cloacales, que demandó más de $3.700.000 para adquirir cerca de 40 hectáreas, un valor que ediles radicales y justicialistas consideraron excesivo. El secretario de Gobierno municipal, Federico Cacace, salió al cruce de los cuestionamientos y dijo que “se pagó un precio muy por debajo del valor de mercado” y que su ubicación facilitará la descarga de los efluentes por la pendiente natural del terreno. La planta se proyecta a 3.300 metros de la actual que se ubica al oeste fuera del casco urbano.
El Municipio pagó casi 4 millones, un valor excesivo para ediles del PJ y del radicalismo.
Otra controversia sobre la operación para adquirir el predio es que, según la oposición, debió haberse expropiado, lo que habría permitido la intervención, por ejemplo, de un tribunal de tasación. El funcionario municipal explicó que descartaron ese procedimiento para evitar más “trabas e impedimentos”, porque la actual infraestructura “está en el límite de su capacidad de funcionamiento”. Y dijo que la expropiación puede traer incertidumbre en el futuro porque el propietario tiene la chance de emprender procesos judiciales para volver a valorar el lote. "Son juicios que demoran mucho tiempo y el precio a pagar en el futuro puede ser mucho mayor si lo determina una sentencia judicial”. También se refirió a impedimentos legales, ya que para expropiar necesitarían autorización legislativa. “Ya se ha demorado demasiado la obra con los intentos con la provincia. Posteriormente hubo un pedido al Concejo Deliberante para que nos permitiese buscar financiamiento en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con el respaldo del gobierno nacional; proyecto que aún ni siquiera ha sido tratado. La obra es muy necesaria, dilatarla va a significar un perjuicio para el vecino”, subrayó.
El escribano municipal, Fernando Cangiano, agregó que pidieron cotización a tres empresas que se dedican a la compra y venta de inmuebles para determinar los valores aproximados en la zona. “Recibimos dos cotizaciones más una que aportó la familia Sirabo (propietarios del terreno). El valor aproximado era de 15 pesos el metro cuadrado. Se negoció y se pactó con el propietario pagar el metro cuadrado 9,25 dólares. La modalidad fue por compra directa” (sic).
Cuatro terrenos en vista
El secretario de Obras Públicas del Municipio, Ramón Zarrabeitia, contó que evaluaron 4 predios, que están al oeste de la ciudad, porque todo el terreno tiene una línea de máxima pendiente del 1,2 por ciento en esa dirección. También, indicaron que los vientos corren hacia ese punto cardinal por tendencia, lo que evitará que los olores puedan propagarse en dirección hacia la ciudad.
Además, el funcionario indicó que por su ubicación, la nueva planta permitirá incluir en el sistema cloacal a los barrios Estrella del Sur, 9 de Julio, Unión, y 1º de Mayo. Y que la orientación elegida para construir la nueva infraestructura de tratamiento cloacal responde a que hacia el sur de la ciudad se construyen importantes urbanizaciones municipales y provinciales. Y hacia al norte hay construcciones privadas.
El proyecto apunta sólo a cubrir las necesidades de los barrios que hoy no cuentan con el servicio de cloacas. Y no las viviendas proyectadas para las próximas décadas, la idea original si la obra se hacía en conjunto con la provincia.
Zarrabeitia precisó que buscaron que la planta estuviese cerca de la actual porque las dos trabajarán de manera conjunta. “Lo que se tuvo en cuenta para la elección es la posición y la longitud que tendrá la cloaca máxima, que es la conexión que vinculará ambas plantas, más la posición de salida al río”, dijo.
Para definir el lugar de la obra se combinaron tres factores: el valor del terreno, el costo de la obra civil, y la construcción de las lagunas. Al sumar esos tres costos combinados el más bajo resultó el de la familia Sirabo, según explicó Zarrabetia. Y detalló que cumple con todas las prestaciones técnicas necesarias. "El terreno valió $3.700.000, la obra civil costará $26.879.800, y la canalización $13.149.200. El total de la obra es de $43.729.000”, detalló.
Acerca del impacto ambiental, el secretario de Obras Públicas aclaró que el estudio será responsabilidad de la empresa contratista y que será el primer elemento a presentar.
Consultado sobre qué pasaría si el informe es negativo, cuando ya se emprendió el trabajo y hay un empresa contratada, Zarrabeitia contestó que “si hay algún punto a remediar, el terreno se vuelve apto con una serie de trabajos adicionales”.
La obra, luego de desencuentros con el gobierno provincial, se costeará totalmente con fondos del Municipio, e incluirá 4 piletones y un área de cloración, con ductos de egreso e ingreso de las aguas negras, que serán tratadas y utilizadas para riego. El plazo para completarla es de 8 meses.


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