Jorge Newbery se siente fuerte, sueña con ser protagonista y quiere ilusionarse. Por esto y por mucho más, el equipo de Villa Mercedes mejora la puesta a punto para el nuevo Torneo Federal B de AFA.
La llegada de Claudio Del Bosco, ex DT de Independiente de Rivadavia (Mendoza), le dio el aire que necesitaba el equipo.
Si bien el armado del equipo, respecto a la temporada pasada, arrancó más tarde de lo previsto la plana mayor del aurinegro supo cubrir las vacantes. La apuesta inicial fue alta pero a su vez simple: retener a Fernando Presedo y sumar un encargado táctico de jerarquía.
El joven arquero bonaerense de 24 años, se quedó para brindar las mismas garantías que lo tuvo como figura la pasada temporada. Es que el “flaco” de 1,90 metro gana arriba, abajo, y es además una voz de referencia dentro del área.
La llegada de Claudio Del Bosco, ex DT de Independiente de Rivadavia (Mendoza), le dio el aire que necesitaba el equipo. Es sabido que Del Bosco, es un entrenador que le gustan los equipos equilibrados, por eso pensó en nombres de maestrías.
El esquema 3-4-1-2 es el que más lo seduce, y para esto, los “Pitojuanes” sumaron tres zagueros centrales: Federico Martín, Emilio Gómez y Martín Bidal, dueños de la superioridad aérea tras las salidas de Género, Rosales, Ozán y González.
Para cubrir la zona de gestación había dudas: las bajas de Exequiel Reina, Germán Díaz, Santiago Valdés, Miguel Machuca y Sergio D’Amico; suponían un trabajo difícil de realizar, aunque no imposible de lograr.
Tras sortear minuciosos estándares de calidad, Newbery sumó a Pablo Rolón, volante de recuperación aguerrido que puede actuar en soledad o como doble cinco; y a Joaquín Godoy, un ocho ágil, con paso en Unión de Villa Krause y Deportivo del Bono.
Por las bandas, en la función de carrileros, se encuentran Nicolás Inostroza y Julián Navas, a la izquierda y derecha respectivamente. Posiciones que exigirá sacrificio tanto en ataque como en defensa.
Así, con la obligación de armar un equipo competitivo, con la salida de unos y la llegada de otros, el once ideal de a poco tomó forma. Arriba la capacidad goleadora estará a cargo de Fernando Cura, proveniente de Estudiantes de San Luis; nueve alto y peligroso.
Además llegaron Daniel Cabaña, surgido en Independiente de Rivadavia y con paso por varios clubes del ascenso, y Arleyson Martínez a préstamo desde el Atlético Colegiales. Dos rapiditos que actuarán de media punta.
Todavía restan definir nombres. El técnico busca cubrir puestos claves en la medida que las arcas de la entidad aurinegra lo permitan. Sin embargo, más allá de los que lleguen o no, lo fundamental es que la impronta del modelo 2014 empezó a tomar velocidad.
La recuperación del balón, posesión, entrega y sacrificio; serán sólo algunas de las directivas que el “Gringo” tiene en mente. Y así como Dios entregó a Moisés las tablas de los mandamientos para que no sean desobedecidas, Del Bosco guarda sus propias escrituras puertas adentro del vestuario, las cuales los jugadores cumplen sin quebrantar.
La expectativa entre los hinchas villamercedinos es grande. Ahora, es momento de girar llaves y ajustar tuercas en cuanto a lo físico. Un terreno en donde el profesor Diego Quiroga, trabajará muy bien.
Jorge Newbery goza de buen presente. El “Pitojuán” del barrio Pringles se ilusiona y tiene potencial para soñar. Las mieles del éxito sólo dependerán si logran encajar todas las piezas del rompecabezas. El salto de categoría podría estar muy cerca.
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