Diputados, con sesiones a la deriva

Incertidumbre sobre el quórum para sesionar, dos diputados que casi se van a las manos y la agresión a una legisladora forman un cóctel de hechos que en las últimas semanas han alterado el normal desarrollo de la Cámara de Diputados. El incidente Ceballos – Giraudo que se vio en la última sesión del miércoles es un eslabón (tal vez el más gordo) de una cadena de desaciertos y anomalías que se ven por estos días. Los dos legisladores  opositores se cruzaron con acusaciones fuertes, saltaron de sus lugares y de no ser porque diputados del oficialismo los frenaron, ambos hubieran terminado a los golpes.
El inicio de la discusión partió de Ceballos cuando trató de “converso” a Giraudo, en referencia a que el partido del villamercedino fue aliado del oficialismo en las últimas elecciones para cargos nacionales. Giraudo no se quedó atrás y contestó “Le voy a recordar al señor diputado que yo no tengo empresas que contratan con este Gobierno, él sí. Averigüen sobre la empresa DEIS SRL.
No puede el presidente de una bancada tan numerosa tratar y aprobar un presupuesto y después participar de las licitaciones que él mismo aprueba. Yo no sé si no hay una violación de la ley de Ética Pública. Ojalá que lo tome algún fiscal”. El villamercedino siguió: “No tengo ninguna empresa y no tengo absolutamente nada que ver con este Gobierno, el señor Walter Ceballos no puede decir lo mismo. A mí el señor Ceballos me trató de converso y yo lo que le digo es que no tengo empresas que contratan con este Gobierno, él sí. Y el señor Cacace que siempre vive diciendo que yo estoy en el oficialismo, está al tanto de la situación y no dice nada, por lo tanto consiente”.
Giraudo aseguró que la empresa de Ceballos figura en el Boletín Oficial y en decretos gubernamentales.
Dijo que el legislador radical transfirió recientemente a su hijo la empresa DEIS Ingeniería SRL que tiene contratos con el Gobierno y es subcontratista de la constructora Rovella Carranza. “Yo estoy en un proceso de investigación y me veo obligado a decirle que el único que tiene negocios con el Estado en este recinto sos vos”, dijo. Y aseguró que tiene en su poder el acta constitutiva de esa empresa y que todavía no acudió a la Justicia porque “en este proceso de investigación queremos definir si es factible que se haya cometido un ilícito y en ese caso determinar cuál es el camino jurídico a seguir porque yo no soy abogado.
Ceballos reconoció que fue fundador de DEIS Ingeniería SRL y le cedió sus acciones a su hijo “en el momento que asumí las funciones de diputado, porque no corresponde que los legisladores puedan contratar con el Estado”, dijo.
Y agregó que esa empresa “sin ser yo accionista se ha presentado a licitaciones públicas provinciales, ha sido único oferente, en dos oportunidades perdió por precios y en otras tres fue oferente. Sin embargo, nunca fue contratada por el Estado provincial”. El broche de oro lo puso otro legislador del radicalismo, Gabriel Muñoz quien golpeó a la diputada Marcela Renou y se llevó un repudio casi generalizado. Casi generalizado porque en la UCR no ha habido pronunciamiento sobre ninguno de los incidentes; sólo Ceballos se declaró “arrepentido” de haber reaccionado de esa manera. “La verdad es que siento vergüenza — dijo— jamás en mi vida política, ni mucho menos en el ámbito parlamentario, he cometido el improperio que acabo de cometer. Les pido disculpas a mis pares, a mi pueblo y a toda la prensa”.
Al margen de esos cruces la dirigencia del Partido Justicialista sacó la lupa y mira con atención lo que sucede en la Cámara donde en las últimas sesiones al oficialismo le costó conseguir quórum para algunos temas importantes.
Preocupan los coqueteos e idas y vueltas de algunos legisladores que no terminan de definir su posición.
“También vemos que las riendas están demasiado sueltas” disparó un dirigente de peso pero sin aclarar sobre si el flechazo iba dirigido a la conducción de la Cámara, a la conducción del bloque o a ambos.