El público tuvo que esperar una hora para tomar sus asientos en el auditorio Mauricio López, que lució maloliente porque la lluvia del día anterior mojó alfombras y techos. No obstante, la banda de Héctor "Loli" Lucero comenzó a tocar ni bien los primeros espectadores entraron a la sala.
La espera valió la pena porque el músico puntano dio un recital potente, conciso, bien acompañado durante toda la velada por Emiliano Adler en bajo y Andrés Bentolila en batería. Cuando el cantante llamó al escenario a dos músicos más que describió como "invitados" (Ezequiel Laina en percusión y Rafael Villazón en teclados) se quedaron hasta que terminó el recital.
A la simpleza de los músicos y el cantante se sumaron, como contraste, las complejas imágenes que acompañaron a cada canción, gentileza de Marcela Fleita.
El show no fue más que un continuo de buena música que agradecía la igualmente buena onda que bajaba de las butacas: a veces en la forma tradicional del aplauso y muchas otras con gritos de cariño. Parecía una reunión de amigos, de fanáticos que hacía mucho que querían que este espectáculo pasara.
Las canciones y la voz de "Loli" remontaron a un amor por la libertad, una conexión con la naturaleza y también con las raíces. El cielo, el agua, el manantial, todas palabras que formaban parte de los títulos de las canciones parecían hacer saber de la filosofía de vida de este artista.
Con "El zorro", lo dejó muy claro. El animal fue la metáfora de libertad, del que no se deja atrapar jamás, que asume sus riesgos, escapa de los cazadores, de ser domesticado y "ama la vida salvaje".
Al aura de rock se sumaron algunas fusiones con el folclore argentino y latinoamericano. Más de una vez, la batería sonó a chacarera.
Con "El agua", "con letra de don (Miguel) Bustos, que nos tire un poco de luz", el cantante expresó esa incertidumbre de ser constante pero de no saber hacia dónde va uno.
A la chacarera más tarde se sumaría "una especie de candombe... con aires", según la presentación del cantante. Y el percusionista agregó: "¡Se pueden hacer palmas!". El público obedeció.
Cuando llegó la despedida la gente no quería que se acabara la última canción. Pero cuando terminó, hasta los músicos aplaudieron a "Loli" junto al público, como cuatro fanáticos más.


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