El armoniquista Rubén Gaitán ingresó vestido como un gangster cool, pero en lugar de una ametralladora en el estuche de un violín, trae consigo una maleta con muchas armónicas desde las que dispara furiosas notas rockeras.
“No me aplaudan a mí sino a los chicos: soy un invitado”.
El músico compartió escenarios con los Ratones Paranoicos, Charly García, el hijo de Muddy Waters “Mud” Morganfield, y el guitarrista de Mick Jagger, Jimmy Rip, entre otros. Y con la humildad y paciencia de los docentes, coincidió con la presentación de la escuela de rock “Norberto ‘Pappo’ Nappolitano” en el ciclo “Rock Local”, que se llevó a cabo en el Auditorio 2 de la UNSL, que significó para los organizadores el primer lleno total de butacas, y un éxito de convocatoria solidaria, ya que se colabora con un alimento no perecedero que donaron al comedor Madre Teresa de Calcuta.
Tras una gira mediática, que incluyó al programa referente del género, “La comarca del blues”, la copada charla sobre gustos y anécdotas retrasó su llegada del show.
Los Kids abren las callejeras clases en magnas aulas con “Dios devorador” con las primeras palmas y algunos pies sobre los respaldos.
Con la segunda agrupación “Rock and roll y fiebre” trajo el primer duelo de armónica entre Tomás y Rubén. “No me aplaudan a mí sino a los chicos: soy un invitado”, dijo restándole solemnidad a su presencia ante los estudiantes, que se desinhibieron con total caradurez, aunque no caen de su asombro de estar juntos a la par de aquel que toco con sus ídolos, que los agita para que se muestren y se luzcan ante sus padres y amigos.
“Blues local” tuvo a Fátima y Malena en las voces, bien paradas en escena, su caudal vocal lleva adelante al combo. A trío con Mariana salió “Desconfío”.
Gaitán reconoce los compases ratoneros del "Rock del gato" y subió a agitar. El dandy combina sus micrófonos con el color de sus corbatas, y por más desmadre que haya en escena, no se desanuda la corbata ni pierde el sombrero.
Sin pausa llega la tercera generación escolar con “El viejo”, a dúo con Mariana y Agustín. Hay buena onda entre compañeros ubicados desde las primeras filas que los festejan, estalla en aplausos el anfiteatro y vuelan algunos trapos.
El momento bizarro lo tuvo una feliz fan que adivinó en un programa de tv cuál es el único tema de Ricardo Arjona que tiene armónica (es “Duele verte”).
Con gran promedio de canciones del mentor del establecimiento musical o sus grupos, como RIFF y Pappo’s Blues, en el repertorio hubo de otros estilos, como “Mi perro dinamita” de los Redonditos, “En la ciudad de la furia” de Soda Stereo y “Volver a casa” de Viejas Locas, donde Alejandro Alcaraz, el pequeño Tomás Guiñazú y Rubén le dieron al respetable lo que querían ver (y escuchar): triplete de armónicas al hilo.
Vuelve el maestro en “Tren de las 16” en zapada final con el invitado, los profes, y que sea rock hasta el final.
Se desbandó la clase y todos de pie se despiden entre pogos que parecen imposibles pero si se quiere, se puede.
Los agitó a todos lucirse “¿o se pensaban que no iban a solear hoy?”. Al terminar hay reverencias al gurú y entrega de plaqueta conmemorativa.
Es una pena irse, esto comenzaba a ponerse divertido.


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