El Gobierno tuvo que salir a defender ayer el proyecto impulsado por el secretario de Programación para la Prevención de la Drogadicción (Sedronar), el sacerdote Juan Carlos Molina, para despenalizar el consumo de drogas, mientras el cura José María di Paola, conocido como "padre Pepe", marcó sus diferencias con esa postura "blanda" ante las drogas.
"No estoy de acuerdo con la despenalización y el Papa tampoco. Todos los que trabajamos en terreno estamos habituados a convivir con este tema", expresó el sacerdote. "El tema acá no es si la despenalización está bien o está mal. En este momento, plantearlo está mal".
Di Paola ahondó en su concepto de lo inoportuno de los planteamientos de Molina, que el domingo dijo: "Yo habilitaría el consumo de todo y abriría centros (de rehabilitación), pero estamos hablando de la no criminilazicación. Hay que legalizar lo que hoy es ley, una ley de hecho. Hoy el que consume no va preso, supuestamente por un fallo de la Corte Suprema".
Al padre Pepe, esas palabras le hicieron ruido. "No somos un país pequeño. No somos Holanda, no somos Uruguay. Somos un país que tiene grandes sectores excluidos, entonces hablar en este caso de despenalización es inadecuado".
"Según un estudio de la Universidad de San Martín, más de 200 mil jóvenes del gran cordón no estudian ni trabajan", sostuvo el "Cura Villero", como se lo conoce, y advirtió: "Cuando la droga es una oferta cercana, puede hacer que muchos chicos empiecen en el consumo y vean la posibilidad de tenerla más cerca sin ningún tipo de problema".
Molina expresó anteayer que la Sedronar trabaja "con diputados en 4 proyectos de Ley", entre los que hay una iniciativa para reformar los artículos de la Ley 23.737, que penalizan el consumo personal de estupefacientes. Los otros atacan la publicidad de medicamentos y el alcohol.
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