Dos años se cumplieron desde que la fachada del Club Gimnasia y Esgrima (GEPU) anunciara la construcción de un moderno edificio de 6 pisos con 42 departamentos, 7 locales comerciales y 2 plantas en subsuelo para 48 cocheras. Todo continúa como entonces, o peor, porque 24 meses después, tanto vecinos como el propio administrador del fideicomiso que tiene a su cargo la obra, advierten por nuevos derrumbes en las casas linderas si la obra continúa “suspendida” por la Municipalidad más tiempo.
“Hace unos 20 días que se ha profundizado un hueco debajo del piso de mi patio. Las lluvias han deteriorado el suelo y han socavado la parte de tierra de mi fondo. Ahora más que nunca tengo este lugar de la casa inutilizado: porque en la parte que tiene baldosas quedó la pared apuntalada con cinco postes que lo atraviesan e impiden que se siga cayendo hacia adentro de la propiedad. Y ahora tampoco pueden jugar los chicos en la parte de tierra porque se puede desmoronar”, dijo Pablo Correa, uno de los vecinos que perdió la medianera hace un año.
El frentista, que tiene su propiedad en Rivadavia 1245, señaló que piensa “en hacer un relleno por mi cuenta porque todavía es un espacio manejable, pero si siguen las lluvias y avanza el deterioro, quizás sea muy tarde. La verdad es que esta situación es desesperante y no le veo una salida”.
Facundo Ayerza, a cargo de la administración del Fideicomiso GEPU 1, explicó que “uno de los temas que se trataron en la última asamblea con los inversores fue darle prioridad a los vecinos. Y yo, con estas lluvias, sigo temiendo por esas viviendas. Supuestamente, para los afectados, los malos somos nosotros. Pero la Municipalidad no me permite ni siquiera sacar las herramientas del lugar. Hoy no puedo entrar al predio porque tiene puestas las fajas de suspensión”.
El 26 de noviembre del año pasado la Secretaría de Seguridad Ciudadana y Control Comunal impuso una nueva suspensión de los trabajos en el predio y le solicitó al Fideicomiso que presentara “el plan de trabajo de submuración y construcción de muros medianeros" mediante el acta 9341/14. Ricardo Bazla informó aquel día que la obra se encontraba paralizada por decisión de la Municipalidad desde el 16 de setiembre de 2013 y que la Dirección de Obras Privadas adoptó esa decisión "en función de la situación de riesgo que presentaba y porque los documentos solicitados a los responsables nunca se remitieron”.
Correa desestimó el llamado de alerta que hizo Ayerza y señaló que “ahora se preocupa por nosotros, pero cuando hace un año empezó a remover la pileta no le importó nada. En dos años que empezaron con esto no vino nunca a avisarnos lo que iban a hacer”. Y anticipó que está en conversaciones con un abogado para presentar una denuncia contra la constructora por los daños ocasionados en su vivienda.
El administrador aclaró que en el Municipio le informaron que el expediente ahora pasó a la Secretaría Legal y Técnica, “que en realidad no entiendo por qué. Lo que me explicaron es que está referido a la deuda que el club mantiene con la Municipalidad hace años y que no nos permite a nosotros obtener el libre deuda para gestionar los permisos correspondientes para autorizar la flexibilidad del Código de Planeamiento Urbano".
Ayerza confirmó que también en esa asamblea de inversores planteó todas las alternativas y decidieron que el 2 de febrero sus abogados presentarán una carta documento para intimar al Municipio a que responda si van a darle o no la autorización definitiva para hacer la obra. “Les daremos los tres días hábiles que fija la ley y en función de eso presentaremos una demanda”, anticipó.


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