Doble crimen: piden que el juez se encargue de la investigación

Para Julio Fernández Triches, el abogado de Marcos Moreno, el hermano del joven y nieto del anciano asesinados, el juez Leandro Estrada se ha inmiscuido demasiado en la fase policial de la investigación. La controla sobremanera y participa de hasta los interrogatorios que son tomados en la comisaría. Parece, a su entender, más un fiscal que un juez por momentos. Por eso y porque, además, no confía en la investigación que lleva adelante la división Homicidios de la Policía, ayer el letrado solicitó un avocamiento para que el magistrado “se haga cargo formalmente de la causa”. Junto con ese pedido, requirió una nueva necropsia porque la primera “no indica las datas precisas y detalladas de las muertes”.  
Fernández Triches es el representante de quien parece apuntar todas las sospechas de los investigadores del doble crimen ocurrido en el barrio Rafael Origone de Villa Mercedes. De hecho, entre la tarde del domingo y la tarde del lunes, Marcos estuvo detenido por “averiguación de antecedentes y medios de vida”. Según su abogado, el joven de 24 años se presentó en la oficina de la división Homicidios, el domingo a las seis de la tarde, y quedó aprehendido. 
Siete horas después, la Policía allanó la vivienda de la novia del chico. De ese domicilio, situado sobre calle Landaburu, los efectivos secuestraron ropa y hasta una colcha con manchas de sangre. Los elementos fueron enviados a peritar a San Luis para determinar, primero, su patrón genético y, a partir de ahí, si pertenece o no a las víctimas. 
Para el abogado de Marcos, el juez de Instrucción Penal Nº 2 no actúa como tal. “No estoy satisfecho con lo que está haciendo. Él (el magistrado) ha participado en algunas testimoniales de la comisaría, y eso él, como juez, no lo debe hacer porque después tiene que tomar las declaraciones en sede judicial”, interpretó el letrado y aclaró: “No me parece mal que lo haga, pero que se haga cargo como corresponde. Porque por un lado, (Estrada) me dice que él no está cargo, pero por otro está participando de cada acto que hace a la investigación. Me dijo que a Marcos no lo tenía detenido cuando delante de él la Policía lo tenía en un calabozo y por más de un día”.
Otra de las cosas que a Fernández Triches no le inspira mucha confianza en esta causa es el modo de trabajar del jefe de la división Homicidios, César Prado. “Lo conozco desde hace años y nunca me pareció una persona muy correcta en el manejo de las investigaciones”, opinó. 
En la misma línea de exigua confianza está el forense Horacio Sosa de los Santos. “Pedí  una nueva autopsia porque para mí las que hace este médico no son lo suficientemente profesionales como para indicar la data precisa de la muerte”, señaló. Dijo que, aunque no tuvo la oportunidad de leer el informe de la necropsia, se enteró por otro lado de que De los Santos había indicado que el horario de los decesos fue entre las siete de la mañana y la una de la tarde del viernes. “¿Cómo llega él a esa conclusión? Si en ningún momento precisa data sobre el avanzado grado de descomposición que tenían los cuerpos”, señaló. 

El tío militar
Triches sostiene que los investigadores se enfocan en su cliente porque es la última persona que vio con vida a Eduardo y Carlos. Pero “si uno lo ve a Marcos ni las características ni la contextura física da para como para pensar que él de un solo golpe puede matar a dos personas. Él es bajo, mediano y el que entró a la casa, vio durmiendo (al anciano y al menor de 17 años) y los asesinó de un golpe en la cabeza, sabe pegar”, dijo.
Ésa es una de las razones por las que el defensor de Marcos insiste en que, así como se centran en el muchacho, investiguen a su tío, Sergio del Valle Moreno, un militar retirado. “Como alguien que estuvo en una Fuerza de Seguridad, sabe cómo y dónde pegar, cómo usar la fuerza”, explicó.
Pero el motivo principal por el que sugiere que Sergio sea indagado es por la mala relación que tenía con su padre, el anciano asesinado, y sus sobrinos. “El tío ha tenido serios problemas con ellos, porque siempre ha querido manejar la plata de los chicos”, señaló. El dinero del que habla el letrado es el que los jóvenes recibieron de un seguro de vida que cobraron tras la muerte de sus padres hace más de diez años y que, por ser menores de edad, administraba su abuelo. “El tío quiso, en principio, adoptar a los dos y después, como el más grande no quería, adoptar al otro nomás. En una oportunidad se compró una camioneta con parte de la plata de sus sobrinos, con la excusa de que los iba a sacar a pasear, como si fueran una familia. Se compró una Hyundai, cuatro por cuatro, pero al final la usaba para pasear con su familia”, abundó.
Otro punto a tener en cuenta es que Sergio es la única persona, después del anciano de 87 años, que tiene las llaves de la casa de su padre, dijo. “Marcos y Carlos no tenían porque su abuelo decía que, por cuestiones de seguridad, prefería que le golpearan la puerta primero y, entonces, él les abría”, agregó. El abogado remarca ese dato porque ni las ventanas ni las puertas de la escena del crimen fueron forzadas. 
“Nosotros presentamos un testigo, un tío de mi cliente que vino voluntariamente de Córdoba, y me empezó a contar los detalles de la relación de Sergio con sus sobrinos. Pero ni la Policía ni el juez se hace cargo de eso. Claro, como es militar no lo investigan”, manifestó.