Pide que no le quiten los bienes que compró con su pareja gay

Roberto Gustavo Garro y Jesús Vidal Camargo se conocieron en 1999. Tras catorce años de una relación que incluyó convivencia y trabajo en común, decidieron apostar más fuerte a su amor y comenzaron con los planes de casamiento. La fiesta nunca llegó. Jesús falleció después de haber sido operado por un tumor cerebral en agosto del año pasado. A la semana de duelo, la familia del fallecido pidió a Roberto la casa, el auto y todos los bienes de la pareja. 
“Mi caso es muy parecido al chico de Merlo. Leí el diario y quise venir a contar mi historia. Quiero que la gente se entere de estos temas, que dejen de hacerle la vista gorda”, dijo Roberto Garro. El joven viudo hizo alusión a la historia de Rubén Fernández, publicada por El Diario de la República esta semana.
Durante toda su convivencia, Rubén y Jesús invirtieron en bienes. Compraron muebles, un auto y ampliaron la casa de los planes provinciales,  que estaba a nombre de Jesús y que ahora le reclama la familia de Vidal Camargo. 
“Sus parientes  siempre aceptaron nuestra unión. Tenemos fotos en festejos, comidas y visitas. Éramos una pareja como cualquier otra. Cuando él murió parece que se olvidaron de todo. Vinieron sin respetar mi duelo, prácticamente a sacarme de la casa. Sin saber qué hacer, le pedí ayuda a mi abogado, porque si bien la casa no está a mi nombre, era nuestro hogar y yo ayudé con todos los gastos”, explicó Roberto, que aún habita en la vivienda. 
A partir de setiembre, Héctor Zavala, su abogado, comenzó a trabajar para que  pudiera conservar los bienes. Según Zavala, aunque la pareja no contrajera matrimonio, entre ellos existía "una comunidad de bienes". Un proyecto de vida que el nuevo Código Civil, que aún no entró en vigencia, llama "unión convivencial". 
“Nosotros lo que iniciamos, en base a la ley vigente, es una acción declarativa de certezas. Una información sumaria que está en el Juzgado Nº 2 del doctor Giménez. Lo que pedimos es que el juez, a través de una sentencia, diga que había entre los dos una unión convivencial”, expuso el patrocinante. 
 Para lograr el fallo a su favor, la defensa de Roberto presentó distintas pruebas que avalan los catorce años de relación. Las evidencias constan de recibos, fotos, cuentas en común y testimonios de amigos, vecinos y compañeros de trabajo.
“Aportamos todas las pruebas de que ellos convivían. El  juez lo primero que  ordenó fue que ANSeS se haga parte en el juicio, porque le va a generar el derecho a pensión, el beneficio que otorga la ley después de más de dos años de convivencia. Una vez que ANSeS  haga la presentación, vamos a continuar con esto, con la sentencia del juez en la que quede certificada la convivencia de ambos. El paso final es aportar ese expediente administrativo pidiendo que el Estado le adjudique la vivienda", detalló Zavala. 
“Si Roberto no puede habitar la casa porque se la dan a la familia del fallecido, no se estaría cumpliendo el fin social que tienen las casas que el Estado dispone desde el Ministerio de la Vivienda, que es que la habiten personas que tienen un grupo familiar. Y eso es exactamente lo que eran mi defendido y su pareja”.

La primera victoria 
Antes de que muriera Jesús, él y Roberto trabajaban en la empresa gastronómica "Mirasoles". Al fallecer, la ley estipuló un seguro de indemnización. También sobre ese dinero quiso acceder la familia. Fue entonces que Zavala, a través de cartas documento, logró que el pago fuera para el concubino.
“Mi jefe en la empresa tuvo toda la predisposición. Él sabía que éramos pareja y nunca puso ninguna traba. Pagó la indemnización y me apoyó en todo”, relató Roberto.
Aunque los trámites van lentos, según Zavala, Roberto tiene todas las posibilidades de ganar. “Trabajaban juntos y vivían juntos. Hay miles de testigos y pruebas. Ahora todo depende de la Justicia”.