La versión teatral de "50 sombras de Grey" pasó por San Luis

Si hay algo que permanece oculto en "50 sombras de Grey" -el best seller mundial que no para de reproducirse en otros formatos- es el humor. Erika James, la autora, contó una historia densa en un ambiente lúgubre, en sintonía con la oscuridad de su personaje central. En cambio, el musical argentino que pasó la primera mitad de semana en San Luis giró hacia la parodia y la comedia, empujado por un tema tan apto para la ocasión como el sexo.
La adaptación de la exitosa novela juvenil a una obra de canciones interpretadas en vivo se hizo espacio para burlarse hasta del relato original. "Si esta historia fuera un libro, sería malísimo", dijo una suelta Anastasia Steele, -interpretada con fluidez por Josefina Scaglione- en una de las líneas dedicadas al texto que acaparó la atención de millones de adolescentes.
"50 sombras, el musical" hace foco en la libertad que busca la protagonista y su confusión al debatirse entre aceptar o no a someterse al contrato que propone Cristian Grey. El sadomasoquismo -tema central del libro- sobrevuela la pieza con un ballet de cuatro bailarines debidamente equipados para la acción, entre los que se destaca la bellísima Estefanía Bacca, y una canción al ritmo del "Arroz con leche" que enumera todas las prácticas extremas.
Para contar la historia, Hernán Panetta, el autor y director del musical, comenzó su adaptación con tres mujeres insatisfechas que semanalmente se reúnen para contarse sus intimidades. Entre leer las recetas de Chichita de Erquiaga o "El diario de Ana Frank", la opción más novedosa resulta el relato de James.
El trío de amigas irá penetrando en la historia de Cristian y Anastasia con tanta fruición que en algún momento compartieron escenario, pese a que el cuidado en diferenciar los dos planos en los que se relata en musical fue notorio.
Fabián Gianola encabeza un sólido elenco como el multimillonario Grey y -como hacía tiempo no pasaba con sus papeles- consiguió hacer reír con sus dientes más aptos para una publicidad de pasta dental que de jabón en polvo. Para encarar a su personaje, y porque la pieza es más una comedia que un drama, el actor no se propuso alcanzar los niveles de vanidad y engreimiento del Cristian original.
Además, en la obra, Fabián superó con amplitud el examen del canto, una situación que en un pasaje de la obra tiene que hacer semidesnudo. A las mujeres de las primeras filas, mucho no les importó alguna pequeña desafinación, casi imperceptible.
Si bien todos los personajes mantienen nombres y grandes rasgos personales de la novela, los cambios implementados por el adaptador están destinados a causar algo de gracia en el espectador. Así, Catherine es una adicta al sexo que mezcla vodka con acetona y José -el eterno enamorado de Ana- queda ridiculizado con un personaje que recuerda al rey Julien, de "Madagascar", y que habla en una mezcla de italiano y caribeño.