Con pasión y garra, Mercedes Rugby conquistó el título

Con suspenso y el tiro del final. Así, ganó el duelo decisivo el Mercedes Rugby a Chancay de San Luis, en un 13-12 para el infarto que tuvo al apertura Mauricio D'Andrea como figura y héroe de la tarde. El Rojinegro, con lo justo, celebró en casa el bicampeonato.
A pesar del chaparrón que cayó por la mañana, ayer la cancha del Parque Costanera Río Quinto albergó igual una final vibrante entre los dos equipos más parejos de la fase regular. Ambos llegaban con una sola derrota. Y ese rendimiento se notó sobre la cancha. 
En la primera parte, Chancay fue quien propuso juego. Terminó 12-0 arriba, gracias a la polenta de los forward que intentaban romper una y otra vez la defensa local. El equipo puntano hacía todo bien, iba con seguridad en los line y empujaba en los scrum.
De esa manera, el apertura del marcador llegó por el lado del octavo. Rodrigo Campos,  a puro pechones se abrió camino y apoyo su try. Y cerca del final, otro empuje en un scrum terminó con try penal de la visita, que dejaba boquiabierto al dueño de casa.
Es verdad. Si Chancay no se marchó con una mayor diferencia al entretiempo fue porque no estuvo fino a la hora de patear a los palos. Aunque tampoco el apertura villamercedino, que no pudo capitalizar las chances que tuvo para descontar.

El bicampeonato
Para la segunda parte el Mercedes Rugby salió con otro chip. A matar o morir. Mejoró el manejo de la guinda, una deuda pendiente de los primeros 40’ donde registró muchos knock-on, y utilizó todo el ancho de la cancha. También corrigió los tacles y, de a poco, pasó a tener más protagonismo.
El descuento llegó temprano. A los 11’, Pablo Aliaga se soltó por la derecha e hizo el try bajo los palos. Después, Mauricio D’Andrea anotó la conversión y puso la historia a cinco puntos, para que los hinchas Rojinegros se ilusionen de cara a los minutos finales.
Pese a la reacción del Mercedes Rugby, los puntanos siguieron dando batalla. La idea era tener la ovalada bien lejos y apostar a los line para pisar el in-goal. Pero el dueño de casa no lo dejó. Se defendió, corrió la contra y buscó el error ajeno para descontar.
Así encontró dos penales. Y la figura de D’Andrea tomó fuerza. Primero puso el 10-12, y sobre el final, en la última de la tarde cerca de la línea de mitad de cancha, aprovechó el viento a favor y selló el 13-12 definitivo que no solo sirvió para festejar una hazaña, sino también para abrazar el bicampeonato y continuar con el "mote" de mejor equipo de San Luis.