El armado del arbolito de Navidad suele ser un momento de unión familiar. Grandes y chicos se reúnen para decorarlo y darle al hogar un clima festivo con lucecitas de colores, cintas y moños en cada rincón de la casa. Pero ¿por qué se arma el Árbol? ¿Qué significa cada uno de los objetos usados para su decoración?
Como la mayor parte de las costumbres religiosas cristianas, armar el Árbol de Navidad el 8 de diciembre tiene origen pagano. Se remonta a cuando los celtas adornaban un roble, que era su árbol sagrado, para asegurarse el regreso del sol al comenzar el solsticio de invierno.
Ya que en el hemisferio norte es invierno y en esta estación los robles pierden sus hojas, colgaban pequeñas antorchas y ramas de especies perennes, para protegerlo del frío y lo ayudaban a recobrar fuerzas para reverdecer en primavera.
La Iglesia católica Pío IX proclamó en su bula Ineffabilis Deus, que María “por un privilegio único, fue preservada de la mancha original desde el primer instante de su concepción”. Ese dogma de fe establece, que la madre del hijo de Dios fue preservada del pecado original desde el primer instante de su existencia, por lo que desde entonces se celebra el Día de la Inmaculada Concepción de María.
La tradición de armar el árbol navideño coincide y con esta fecha, aunque no existe ninguna relación entre ambas fechas, la Iglesia buscó la forma de conectarla añadiendo la superstición que al hacerlo "trae suerte".
En la Argentina se sigue esta tradición, y el primer pino navideño en el país fue armado en 1807 por un irlandés en una plaza, que llegó a América Latina desde los EE.UU y que quiso decorarlo para recordar las costumbres de su país.
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