Carrozas de fuego

La decena de obreros que armaban las tribunas de lo que será el sambódromo no daba crédito a sus ojos. Una escultural morocha vestida sólo con algunas tiras de tela fosforescentes se paseaba a metros de ellos para la sesión fotográfica. Primero hubo aplausos, agradecimientos a Dios, pedidos de una vueltita y una preocupante pausa laboral con la sierras y el lago de Potrero a cada uno de los extremos. En esas condiciones es muy difícil trabajar.

El motivo de semejante revolución fue Natalia Rementería, una belleza puntana que va por su sexto desfile de carnaval, un encuentro que no podía más que establecer su asistencia perfecta. Sin dar muchas vueltas, Milton Cunha, el responsable de la carroza de la que la chica será la primera bailarina, la describió con la sabiduría del carnaval: “Es la mujer más carioca que encontré entre las puntanas”.

El rojo, el amarillo y el naranja predominan en el carro de Cunha, dedicado a los emprendimientos. “Y yo vendría a ser el fuego”, dijo Natalia, con una sonrisa que enciende. Y con la opinión autorizada de quien conoce la fiesta desde sus inicios, la chica señaló que “el carnaval de San Luis ha mejorado mucho año a año. Eso es algo que se ve muy claramente”.

Bajo un calor agobiante, unos cuantos trabajadores puntanos hacen  su aporte al carnaval todas las tardes en boxes, donde ya están instaladas y casi listas dos de las tres carrozas que participarán del desfile. Mujeres que bordan las pestañas de las carrozas, encargados de seguridad que ultiman detalles y los forzudos armadores de las tribunas, que cada tanto se permiten un recreo, conforman un paisaje en movimiento constante.

Mientras aplauden a Rementería y reciben las sonrisas de la modelo; Cunha les devuelve las palmas. “Eso es el carnaval, el trabajo popular. No sería nada de la fiesta si no fuera por ellos. Eso es igual acá o en Río de Janeiro”, aseguró el que se calificó como el más puntano de los cariocas.

La organización hizo el miércoles a la tarde una suerte de presentación ante los medios de lo que se podía ver de la carroza y, sobre todo, del body painting que Cunha hará sobre Natalia. En la previa, el sensacional cuerpo tornasolado de la chica fue decorado con cintas, pero la noche del desfile estarán pintadas sobre su anatomía desnuda.

Unas cuatro horas antes de salir a escena, Milton tendrá que empezar a pintar a su modelo puntana, con quien creó una relación estrecha que no le impide darle órdenes con firmeza y que la chica acate con obediencia.

Le gustó tanto a Cunha la forma en que Rementería lució su creación, que de inmediato le sacó una foto con su celular y se la mandó al dueño de la scola do samba Mangueira, una de las más tradicionales de Río. La respuesta llegó rápido: el empresario le envió a Natalia la invitación para participar del próximo desfile del año que viene en Brasil.

“Por supuesto que voy a ir –adelantó la chica y abrió sus enormes ojos negros-. Es uno de los grandes objetivos de mi vida y ahora estoy cerca de cumplirlo”. El carnavalista carioca, por su parte, recordó que eso es parte del intercambio cultural que pregonan los organizadores desde hace seis años.