30°SAN LUIS - Jueves 28 de Marzo de 2024

30°SAN LUIS - Jueves 28 de Marzo de 2024

EN VIVO

El Amaranthus avanza en San Luis

Por redacción
| 29 de marzo de 2015
Vulgarmente conocido en nuestras latitudes como “yuyo colorado”, el Amaranthus palmeri desde hace dos campañas ya está instalado en San Luis.

Si ya era complicado tener que lidiar con hierbajos tan obstinados y peligrosos como la rama negra y el palque, los productores sanluiseños ahora enfrentan un nuevo y no menos agresivo enemigo vegetal. Vulgarmente conocido en nuestras latitudes como “yuyo colorado”, el Amaranthus palmeri (1) es nativo del suroeste de Estados Unidos (2), pero desde hace dos campañas ya está instalado en San Luis, adonde llegó vía el sur de Córdoba. A partir de ese momento encontró un ecosistema amigable (3) en el que inició una alarmante, y en apariencia irrefrenable, expansión. A pedido de productores del sur, el INTA le dedicó una jornada-debate en Buena Esperanza de la que participaron unos 50 agricultores, ganaderos y asesores, y que sirvió como catalizador de experiencias e intercambio de saberes.

 


Motivos de preocupación no faltan. Según reveló el especialista en malezas del INTA, Jorge Garay, en la campaña 2013-2014 el yuyo colorado afectó el 12% de la superficie cultivada, estimada en 744 mil hectáreas, donde dañó principalmente lotes de soja y cultivares de alfalfa.

 


Voraz colonizadora, el Amaranthus p. es capaz de producir enormes cantidades de semillas -específicamente, su volumen oscila entre 200 mil y medio millón por ejemplar- y además, al tratarse de una planta tipo carbono 4, puede crecer en ambientes con muy alta temperatura, a una tasa promedio de cuatro centímetros por día, y alcanzar de este modo picos de tres metros de altura, razón por la que en Estados Unidos, los farmers la conocen con el mote de yuyo colorado gigante. Su potencial tóxico es aún objeto de debate (4).

 


Además, es una planta dura de matar. En Estados Unidos ha demostrado una amplia resistencia a herbicidas inhibidores de la enzima ALS, así como al Glifosato. En el último tiempo, y ante la ineficacia del control químico, muchos productores llegaron al extremo de contratar peones para arrancarlas de cuajo con azada (5).

 


Garay sugiere evitar estos extremos. “De llegar a esta instancia echaríamos a perder todos los beneficios que logramos en el suelo a través de la siembra directa”, dijo y recalcó: “Sabemos que nuestros suelos son muy frágiles a la erosión eólica y si encima tuviéramos que arar, la pérdida sería aún mayor”.

 



El manejo integrado como solución

 


Manejo integrado es el nombre que recibe el conjunto de prácticas eficientes que acompañan todas las etapas del cultivo y ayudan a frenar el avance de malezas indeseadas. En primer lugar, el técnico del INTA señala que es imprescindible detectar la existencia de la maleza en la zona de influencia y realizar un seguimiento continuo en cada establecimiento productivo.

 


"No sólo el productor tiene que estar atento a la aparición del yuyo colorado en los lotes, sino que también es importante que los caminos vecinales y banquinas tengan el mantenimiento adecuado para combatir esta maleza y evitar así que se convierta en una fuente de propagación”.

 


Del mismo modo, prosiguió Garay, conviene establecer un análisis antes de la siembra, que permite conocer si la semilla a implantar contiene residuos de ésta u otros tipos de malezas. También se recomienda realizar una concienzuda inspección de la maquinaria que ingresa a la provincia en época de cosecha, así como del transporte que trae animales, ya que pueden esconder semillas de Amaranthus, lo que constituye un factor de expansión.

 



En busca de la poción mágica

 


Como ya quedó demostrado en algunas experiencias locales, el Glifosato como método único para combatir esta maleza es insuficiente, lo que obliga a los productores a recurrir a todo tipo de mezclas y distintas proporciones de dosis, la mayoría de las veces, con suerte desigual. Técnicos de la Estación Experimental del INTA San Luis, junto a empresas del sector llevan a cabo ensayos comparativos para evaluar la acción de herbicidas aplicados en barbechos cortos y largos, en pre y pos-emergencia, para los cultivos de maíz y soja, tanto en parcelas experimentales como en campos de productores.

 


De estas experiencias han obtenido algunos resultados promisorios para el tratamiento en soja, a partir de mezclas de productos aplicados en pre-emergencia, como por ejemplo, la fórmula Glifosato + Sulfentrazone; Glifosato + Clorimuronetil + Sulfometuronmetil + Sulfentrazone (además de mantener a raya al "yuyo colorado", esta mezcla controla la rama negra, y otras gramíneas anuales como la roseta y la pata de gallina, con un poder residual de hasta 100 días desde el momento de su aplicación); Sulfosato + Metribuzin + S –metolacloro (Dual Gold); Sulfosato + Flumioxazin + S-metolacloro; Sulfosato + Fomesafen + S- metolacloro (Dual Gold); y Sulfosato + Metribuzin + S-metolacloro.

 


Para maíz, la combinación ideal sería Mesotrione + Atrazina; Thiencarbazone + Isoxaflutole + Ciprosulfamida + Atrazina; y S-metolacloro + Atrazina. (Las aplicaciones de Glufosinato de amonio no fueron efectivas).

 


En el cultivo de sorgo, el método más recomendable es la aplicación, previa a la siembra, de la fórmula Atrazina (0,75 kilos por hectárea) + 2,4D (0,75 litros por hectárea) + Glifosato, con una segunda dosis de Atrazina (0,5 kilos por hectárea) + S-metalocloro (0,9 litros por hectárea) + Glifosato en preemergencia y un golpe final de 2,4D (en dosis de entre 0,5 y 0,7 litros por hectárea) para controlar posibles escapes de pos-emergencia.

 


En este cultivo también el estrechamiento de las hileras a una distancia de unos 17 centímetros demostró ser una excelente alternativa para el control de A. palmeri, al impedir la entrada de luz suficiente para la germinación y/o el crecimiento y desarrollo de la maleza, técnica también válida y efectiva para cultivos de maíz y soja.

 


Dentro de los trabajos experimentales, los técnicos del INTA realizan estudios de "dinámica de emergencia de malezas", lo que permite conocer cuándo se produce el mayor porcentaje o “pico” de emergencia de una determinada maleza y poder así aplicar la dosis adecuada de un herbicida determinado, en el momento en el que la maleza se encuentre en estado de plántula, que es cuando posee mayor sensibilidad al control químico. “Con esto se logra una mayor eficiencia en el control de las principales especies y se disminuye la contaminación ambiental”, destacó Garay.

 


LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo