Balean a sospechoso de robo en una persecución

Los policías suponen que entre el robo domiciliario que sufrió hoy a la mañana una pareja y la ubicación y persecución de un sospechoso no pasaron muchos minutos. Antes de ser trasladado a la comisaría donde quedaría detenido, Jorge Jesús Santana, de 23 años, tuvo un paso obligado por el Hospital San Luis: una bala de goma disparada por uno de los efectivos que iba tras él le impactó en la pierna. Entre las 13 y las 14 de ayer le dieron de alta. Según la Policía, la lesión no fue grave y fue producto de un rebote.

Este domingo a media mañana, el Centro de Operaciones Policiales recibió un llamado que alertaba de un robo en una vivienda, dijo el subcomisario Cristian Guiñazú, subjefe de la Subcomisaría 23ª, con jurisdicción al sur de San Luis. 

Cristino Leandro Suárez, de 72 años, y su esposa, Concepción del Carmen Iglesias, de 61, estaban en su domicilio, en la manzana LL del barrio San Luis XV, “pero no se dieron cuenta de que les robaban sino hasta que escucharon ruidos en la puerta, que seguramente correspondieron a la salida de los delincuentes”, presumió.

Refirió que para ingresar, los ladrones forzaron una puerta y tomaron, en la fugacidad de su tarea, lo que pudieron. Huyeron con un microondas, un CPU, una pantalla de entre 19 y 21 pulgadas y una pava eléctrica con su base.

Después de que el COP irradió el alerta, una patrulla de la subcomisaría salió a recorrer la jurisdicción. “En el móvil-base iba a cargo la inspector María Sosa; la acompañaba el auxiliar Franco Quiroga. Cuando transitaban por la calle San Martín extremo sur vieron una motocicleta en la que iban dos hombres. El que iba atrás cargaba un bulto blanco, como un aparato, algo rígido”, describió. Los agentes decidieron seguirlos.

Quien iba atrás advirtió que la patrulla los secundaba, y se descolgó. Tiró lo que llevaba en las manos y corrió. La Policía no logró atraparlo, pero levantó lo que había arrojado: era el microondas que le habían sustraído un rato antes al matrimonio.

El motociclista avanzó un poco más. Aminoró la velocidad en la manzana J del barrio San Luis XV. Los uniformados “le dieron la voz de alto, le pidieron que se tirara al piso, pero les hizo frente, no obedecía. El efectivo –en referencia a Quiroga– desconocía qué reacción podía tener, tampoco sabía si estaba armado. Y efectuó un disparo con el arma reglamentaria, una itaka con perdigones de goma”, resumió.

Según Guiñazú, el auxiliar no tiró hacia el motociclista, sino “hacia arriba; esta persona se corrió y uno (de los proyectiles) rebotó y le dio en la rodilla. Fue algo fortuito, no fue su intención lesionarlo”. Quedó herido a la altura de la casa 8. Cuando lo requisaron comprobaron que no estaba armado y no tenía encima ningún elemento vinculado al robo.

Una ambulancia trasladó a Santana al Hospital San Luis. La lesión, la única que tiene, “no presenta gravedad”, aseguró. Dijo que le hicieron los estudios y curaciones y al filo de la siesta le permitieron irse. Pero no se fue a su casa, lo trasladaron a una comisaría, imputado por el robo. No está en la Subcomisaría 23ª, “por seguridad de él y también del personal”, habida cuenta de quien le gatilló trabaja en esa dependencia.